pasó

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29 de octubre del 2021

Se había comenzado a cuestionar mucho esos últimos días.

Cuándo Taehyung desapareció, primero asumió lo peor, después de que las investigaciones policiales no llevarán a absolutamente nada, probablemente por la incompetencia del departamento de policía. Buscaba por si mismo las respuestas y aunque ya lo había considerado antes, se sentía mucho más seguro esos días.

Kim Taehyung no había desaparecido, él se había ido.

Si se ponía a pensarlo lo suficiente, Jimin y los padres de Tae no se sentían como él. Es decir, les había dolido. los había visto llorar cantidad de veces, pero no veía esa misma desesperación en sus ojos que el sabía que tenía. La desesperación de no saber que fue lo que pasó.

Estaban notablemente tristes, no habían sido los mismos después de ello, pero no querían explicaciones, cómo si ya las tuvieran. Porque era imposible que una persona cómo la señora Kim hubiera asegurado que su hijo estaba muerto sin haber visto el...cadáver.

Seguramente Tae se fue por su cuenta y ellos lo sabían pero estaban dispuestos a mantener esa mentira porque así lo había querido.

Si eso era lo que había pasado, le dolía mucho que Tae no le hubiera dicho a él. ¿No se suponía que eran mejores amigos? ¿Por qué no se despidió?

De nuevo esa inseguridad nublo su juicio y por octava vez en el mes golpeaba desesperadamente la puerta del departamento que habitaba Jimin.

—No está —fue lo que dijo una voz ronca desde el interior.

—Sé que sí está así que por favor déjame entrar Yoongi. Solo quiero hablar.

—Siempre que quieres hablar terminas gritando y culpando a Jimin de todo. Déjanos en paz, Jeon.

—Solo Yoongi...por favor...no tengo a nadie...no me queda nada. Ustedes...se supone que ustedes también eran mis amigos, luego de la desaparición de Tae ninguno ha sido él mismo conmigo. Prácticamente cortaron el contacto. Los señores Kim se tienen como pareja, mis padres no comprenden como me siento realmente, solo ustedes, pero ustedes se tienen el uno al otro. Yo ya no tengo a nadie.

El seguro de la puerta se escuchó y la puerta se abrió dejando ver a un Jimin con los ojos aguados que se le tiró encima mientras lloraba.

—Perdón, Kook. No debimos dejarte de lado.

Yoongi cerró la puerta y presionó el hombro de los menores para brindar apoyo.

—Tenías razón —fueron las siguientes palabras de Jimin—. Te hemos estado ocultando algo, no me gusta verte así, pero Tae me pidió que lo hiciera.

—¿Tae? ¿Has hablado con él? ¿Dónde está? ¿Se fue por su cuenta verdad? ¿Fingió su desaparición? ¿Por qué? ¿Por qué no me dijo nada?

—Creo que deberíamos sentarnos y debes prometer que después de lo que te voy a decir no vas a enojarte ni con nosotros ni con él.

Jungkook asintió un poco dudoso.

—Hace tres años, Tae me pidió que lo acompañara al hospital porque había sacado una cita. No me explicó muy bien, solo dijo que no quería ir solo, pero no quería preocupar a sus padres y mucho menos a ti. Acepté sin cuestionar más, yo de hecho iba a sugerirle eso porque había notado cosas muy raras en él. Lo revisaron pero no pudieron detectar nada en concreto. Salvó por los síntomas que Tae comentó que tenía. Poca concentración, problemas para recordar algunas cosas, problemas de cordinación, insomnio y aunque todos esos parecían concordar entre si se le sumaban que a veces tenía espasmos musculares y la visión borrosa.

»El doctor no le recetó ningún medicamento pero si le mando a hacer un electroencefalograma y una resonancia magnética. Cuando salimos de ahí él dijo que no era necesario, que los estudios eran caros y el llevaba tiempo ahorrando para otra cosa, pero yo sabía que los estudios eran más importantes en ese momento. Insistí un buen rato hasta que accedió a qué cada quien pagara la mitad. Estaba asustado, pero preguntamos por los precios y agendamos una nueva cita en el departamento de neurología. Al día siguiente ya estábamos de nuevo ahí para los estudios, nos dijeron que estarían listos al día siguiente y se los harían llegar ese mismo día a su doctor.

»Pasó una semana sin que se contactaran con ninguno de los dos. Semana en la que Tae empeoró. No sé si recuerdas ese tiempo en el que se volvió muy inestable emocionalmente. La llamada del hospital llegó al final de la semana, para darnos una nueva cita. Así que ahí estábamos de nuevo, con un Tae que se veía mucho más demacrado. Seguro lo recuerdas, te preocupaste mucho por su salud y estabas muy al pendiente de que estuviera durmiendo y comiendo bien. Lo cual no era así aunque te lo asegurara.

»El doctor no supo muy bien que era lo que Tae tenía, pues los síntomas y los resultados de los estudios parecían ser similares a los de una persona con algún tipo de demencia. Aún así él tenía una ligera sospecha de lo que podría ser, pero para confirmarlo era necesaria una biopsia. Lo mencionó más no lo sugirió ni lo pidió. Dijo que ante la posibilidad de que fuera lo que él creía si realizaban la biopsia sería peligroso. Yo le pedí soluciones, un tratamiento o algo, pero también descartó eso, si era esa enfermedad tan extraña, los medicamentos con los que suele tratarse la demencia podrían hacer que su estado empeorara. Lo dijo sin más, lo que Tae tenía no tenía cura y era degenerativo.

»Lloramos el resto del día y toda la noche. Su estado no hacía más que empeorar. Temblores. Perdida de memoria. Desorientación. Dificultad para hablar. Yo cuidaba de él cómo lo había pedido el doctor, sus padres también. Les había explicado al día siguiente. Aparte de nosotros no quería ver a nadie más y se alteraba mucho cada vez que mencionaba tu nombre. ¿Recuerdas esos días? "Lo siento, Kookie, no puedo ir" "Estoy muy ocupado con los exámenes" "Me enfermé y no quiero contagiarte" "No puedo atender el teléfono, Kookie, estoy ocupado y si hablamos no podría concentrarme" Era yo quien mandaba esos mensajes, Tae ya no podía hacerlo.

»Pensé que te habías dado cuenta de la brecha que se abrió entre ustedes justo antes de su desaparición. Un día antes de aquello parece que tuvo un momento de claridad, cómo si la vida le hubiera dado permiso de despedirse. Me lo pidió, me suplicó que lo dejáramos irse a cualquier lugar lejos de todo y todos. No quería seguir siendo una carga para sus padres y para mí, porque él sentía que era eso. "Por favor, Minie, concédeme ese último deseo, voy a morir pero no quiero que el último recuerdo que tengan de mi sea así. Tengo suficiente dinero ahorrado para comprar un boleto de avión a cualquier parte, quiero pasar mis últimos días solo, no sintiéndome una carga para los demás" eso fue lo que dijo y aunque lloré porque se quedara, me puse de rodillas y rogué, no cambió de opinión.

»Así que concedí su último deseo. Escribió una carta de despedida para sus padres empacó solo una mochila y lo acompañé al aeropuerto. Aún le quedaba un poco de claridad. No me dijo a dónde iría y tampoco se lo pregunté. Sabía que esa sería la última vez que lo vería. Lo abracé con todas mis fuerzas y pregunté por tí. "Deja que piensen que desaparecí, será más fácil que mis padres lo crean debido a mi condición. Jungkook lo olvidará con los años, no quiero que me vea así, no le digas nada, quiero que se quede con él Tae que conoció hace muchos años, uno más saludable y lleno de vida. La carta dásela a mis padres dentro de tres días" eso me dijo antes de caminar sin un rumbo decidido.

»Eso fue lo último que me pidió y yo solo quería cumplirlo.

Lo que pasó con Kim Taehyung || Mini Fic || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora