Cap 1 - LÁTOM

16 2 0
                                    

"El fuego es la respiración del alma, el humo negro es la liberación del alma, cenizas fuiste y arte. Que tu alma... regrese a la gran flama de fuego.  Látom"

...

Todo ardía, el humo me impedía ver y también respirar. La sensación de calor era tan sofocante que creía que de un momento para otro yo también moriría, y acabaría ardiendo al igual que todas las personas que iban en ese vagón. 

El panorama dentro del tren era radical... ¿Cómo habíamos llegado situación semejante? Hacía apenas unos minutos estaba tranquilamente sentada con mi hermano, yendo al instituto, como a diario.

- ¡Nashi, Nashiiiiii! - grité entre todo aquel caos.

No hubo respuesta, me había separado de mi hermano mayor y ahora él probablemente estaría muerto, no era pirotécnico.

Me tiré al suelo para no respirar el humo y reptando me acerque a la puerta. Cerrada, como suponía. Era cuestión de sobrevivir hasta que llegásemos a la estación. Me hice una bolita y me quedé quieta con los ojos cerrados en el suelo. Se escuchaban gritos desesperados de gente que probablemente estaba ardiendo. Por cada grito, un escalofrío. ¿Por qué eso tuvo que pasar? 

Desde abajo vi una sombra acercarse. De entre las llamas apareció una cabeza. Negra totalmente, parecía un demonio. También le salía fuego de los ojos y tenia una mirada de sufrimiento que me aterraba. Se quedó un rato mirándome con tristeza.

 Era el hombre que hacia un rato se había subido al tren, seguramente para ir al trabajo. Ahora estaba ardiendo y teniendo una muerte lenta y dolorosa. ¿Se había despedido de sus seres queridos? O moriría solo y agonizando, sabiendo que también le arrebataba la vida a otras personas. Y yo, ¿Qué era lo ultimo que le había dicho a mi hermano?

Una lagrima salió de mis ojos, grises como un cielo lluvioso, y se deslizó acariciándome la mejilla, él infernal me vio y levantó una mano. Iba a morir, ya me daba igual. Solo quería que todo eso acabase, poder abrazar a Nashi otra vez. No pasó nada. Permanecí unos segundos más tensa, y luego abrí los ojos poco a poco. Su mano estaba a escasos centímetros de mi cara e irradiaba mucho calor, antes de que pudiese hacer nada mas sentí como las lagrimas se evaporaban y dejaban mi cara seca. ¿Acaso él era consciente?

Una extraña arma le perforó la barriga desde atrás, parecía un hacha de color rojizo. Poco a poco el infernal se fue convirtiendo en un montón de polvo y desapareció, dejando a la vista a quien lo había puesto a descansar. 

- Látom... -

GOLDEN FLAMES - FIRE FORCEWhere stories live. Discover now