Pov Kara
Teníamos un mes de haber regresado del viaje de México, nuestras madres no se separaron de nosotras como tres días seguidos, nos extrañaron demasiado, al igual que Lena y yo.
Desde hace unos días Lena ha estado actuando extraño, parece enferma y la verdad estoy muy preocupada, tiene mareos y vómito, eso no puede ser normal, pero ella es terca, no quiere hacerse pruebas, ni nada, dice que es normal porque estuvo una semana desvelándose.
- aquí estas - dije entrando a su laboratorio.
- hola amor - dijo sin levantar la mirada del microscopio.
- Solo venía a avisarte que vamos a ir al hospital - dije, ella levanto la mirada rápidamente y se acercó a mi.
- ¿qué? ¿Por qué? ¿Te duele algo? ¿Te sientes mal? ¿Es Mamá o Mami? - preguntó preocupada mientras me examinaba el rostro.
- No Lena, es por ti, no estas bien - dije tomando sus manos y dejando un beso en ellas.
- Yo estoy bien - dijo segura.
- Leen - dije haciendo puchero.
- Amor, de verdad, estoy bien - dijo con una sonrisa dulce.
- ¿Segura? No perdemos nada en ir - dije rogando.
- Para que te sientas más segura me haré unas pruebas - dijo pasando sus manos por mi cuello, yo rápidamente pasé las mías por su cintura.
- ¿Ahorita? - pregunté besando sus mejillas, luego su nariz, su frente y por último sus labios.
- Eres tan dulce ¿ya te dije qué te amo? - preguntó sonriendo.
- No - dije fingiendo llorar.
- Te amé ayer, te amo hoy y te amaré mañana, te amaré por toda la eternidad con toda mi alma - dijo besándome, la levanté de la cintura y la senté en la primera mesa que encontré.
- Te amaré siempre, te amo más que a la comida - dije quitando su bata.
- que honor - dijo sonriendo.
Me quité la camisa y desabotone mis jeans. Mientras Lena bloqueaba la puerta con el control yo me desvestí por completo.
Lena se quito su ropa sin dejar de verme, luego me tomo de las manos y me llevo a la cama que ocupaba cuando se quedaba en el laboratorio, casi siempre yo le hacia compañía.