4|Bajo el mismo techo.

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Dedicado a romartinez44 🧡

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«Pidimis sir amiguis»

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«Pidimis sir amiguis».

Odio los consejos de Ringo.

Principalmente porque soy propenso arruinarlo a la primera y no es mi culpa, hace mucho que no convivo con otras personas.

Me paso una mano sobre el cabello con desesperación al ver a Mako alejarse a toda prisa de mi presencia con la excusa de ir a los sanitarios. Sus ojos ya se habían cristalizado cuando abrí la boca para decir tonterías sobre su situación laboral en los que la ha pasado fatal últimamente.

Que hijo de puta soy.

Mako es capaz darme una patada en los huevos si sigo picándola y si no lo hace, el general Hammada se encargará de mí cuando se entere. Lo menos que quiero es arruinar el plan.

Batallo en el interior de mi cabeza si ir tras de ella o quedarme, es entonces cuando volteo a ver desde la barandilla a Daka Vander, la dueña del club y una aliada descarada del general.

Habla con un par de hombres bien vestidos entre la multitud compartiendo copas. Sin más, decido que Mako estará bien un par de minutos sola ahora que creo que no quiere verme.

Bajo las escaleras para dirigirme entre la marea de personas esquivando empujones y ganándome varias miradas lascivas que no le tomo importancia. Estoy a punto de llegar cuando un hombre vestido de traje blanco me detiene.

—Solo personal VIP, ¿tienes la pulsera?

—Necesito hablar con la dueña y está parada detrás de ti —señalo con un gesto de cabeza. Tratando de ser un tío paciente o en otra ocasión bastaría un puñetazo en la nariz para seguir con mi camino, pero no quiero llamar la atención —. Ella me ha pedido que viniera y los asuntos no te importan.

El hombre enarca una ceja como si me estuviera desafiando.

—Sin pulsera, no hay acceso —blanqueo los ojos con fastidio —. Da la vuelta y disfruta de la fiesta, camarada.

Un deseo prohibido #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora