Como mi hermano gemelo Black terminó en el hospital tras ser agredido físicamente. Yo, White, al enterarme por la misma boca de Black que él fue traicionado por su mejor amigo, decidí cambiar mi imagen y hacerme pasar por mi hermano para poder ent...
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-Sean, No, ah... espera un minuto...-
La voz de mi garganta se cortó, debido a que Sean estaba besando frenéticamente todo mi rostro. Ahora estamos sentados en el sofá que está en la sala de la casa de Sean. Todo el mundo salió, así que no había nadie aquí. ¿No que se trataba de venir a ver a tu madre? ¡Sean claramente me engañó! ¡Es obvio por qué me trajo a su casa, es una persona perversa!
Estamos sentados cara a cara en este momento, mis piernas estaban sobre él. Al principio dijo que solo nos sentaremos a platicar, pero tan pronto como acepté, comenzó a besarme la nariz, la frente, las mejillas y la boca innumerables veces.
¿Qué sucede contigo?, ¿acaso el estar caliente está en tus venas?
-Basta, se acabó o de lo contrario me iré y no te hablaré más.-
Traté de huir, pero Sean rodeó mi cintura con ambos brazos. Me detuvo, aprovechó la oportunidad para ponerme en su regazo y comenzó a besar nuevamente mis labios.
-Mmm...-
Mi voz volvió a desaparecer en mi garganta, porque me besó, cubriendo así mi boca. Estaba tan sorprendido que no tuve tiempo para prepararme, así que solo levanté mis brazos y los puse alrededor de su cuello, sus suaves y cálidos labios me besaron una y otra vez, aplastando repetidamente mi boca con suaves movimientos, hasta que abrí los labios lentamente para dejarlo entrar.
-Mmm...-
Mis manos sujetaron la camisa de Sean, el beso comenzó a tornarse caliente. Él me abrazó con mucha fuerza, hasta unir por completo nuestros cuerpos, si seguimos así definitivamente seré devorado por él.
La lengua caliente que se deslizó en la cavidad de mi boca comenzó a buscar por todas partes como si quisiera tomar todo de mí. Su beso se estaba volviendo más intenso y sus manos constantemente acariciaban mi cuerpo. Estábamos tan unidos que casi no había espacio entre nosotros.
Traté de empujar a Sean pensando que su beso era demasiado caliente, las emociones de la otra persona parecían haber llegado a su clímax, pero lo peor era que había deslizado su mano dentro de mi camisa.
Mi cuerpo se estremeció cuándo sus dedos alargados tocaron suavemente mi ombligo, luego se desplazó hacia arriba presionando mis pezones, lo que me tomó por sorpresa y accidentalmente levanté mi pecho cerca de la mano del oponente.
