CAP. 2

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30 de octubre.

"¡Auxilio!" "Por favor" "¡Doyoung!"

Abrió los ojos de golpe al escuchar su nombre. Nuevamente tenía esas pésimas pesadillas. Ayer, luego de cremar a Taeyong, durmió en una banca del cementerio porque aún no tenía la valentía de enfrentar el departamento en el que convivía con Taeyong, y había escuchado las mismas súplicas, pero sin el tono tan desgarrador que empleó al nombrarlo.

Esa mañana despertó mojado del sudor, y con mucha dificultad para respirar. Su cabello estaba húmedo tal como después de haber tomado una larga ducha, mas simplemente era el gran sudor que había soltado durante la noche.

Al establecer su respiración se deshizo de toda la ropa empapada. Esta vez sí se tomó una larga ducha, mientras las lágrimas se camuflaban en la cálida agua.

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— ¿Otra vez de mal humor, Dongs?
—preguntó el peliblanco— ya no puedo descifrar tus expresiones, deberías hacer un concurso de ello, definitivamente el que ganara sería un Dios supremo. —afirmó, limpiando la repisa de los cosméticos— Hoy ha venido mucha gente a comprar maquillaje, supongo que es porque mañana es Halloween. Por cierto, Doyoung, ¿Cuál será tu disfraz?

Doyoung se recordó pronunciando las mismas palabras hace unos cuantos días atrás, sin embargo, iban dirigidas a Taeyong.

"Me disfrazaré de zanahoria"
—respondió Taeyong.

"¿Hay alguna razón de ello?"
—preguntó Doyoung, con un tono un tanto burlón debido al disfraz que al parecer Taeyong estaba completamente seguro de usar.

"Tú más que nadie debes saber el motivo, conejito". —Taeyong rió al ver aquel ceño fruncido de su novio.

"¿Estás tratando de insinuar que me harás disfrazar de conejo?" —Lee asintió sencillamente.

Doyoung bufó.

Instantáneamente cosas tan mínimas lo llevaban a la presencia de Taeyong, e iba deteriorándolo lentamente.

— No lo sé. —respondió. JungWoo se encogió de hombros y continuó su labor.

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— ¡Mierda! Señor, ¿podría apresurarse? Llevo un niño en brazos —se quejó una señora entre la cantidad de personas que había en la fila. Esa vez Doyoung se hizo cargo de la caja y, dado que los planetas parecen alinearse para darle lo opuesto a la suerte, la caja estaba descompuesta.

Doyoung era malditamente paciente en el ámbito laboral, la función de cajero era algo que siempre le iba, incluso se había mantenido en el cuadro del empleado del mes por cuatro meses consecutivos. Pero hoy todo era una completa mierda; la tienda no paraba de llenarse, entrando y saliendo una y otra persona a la vez. La presión lo enloquecía, teniendo en cuenta que estaba pasando por un duelo muy grande.

— Estoy intentando arreglarla, ¿Sabe lo que es la consideración? —Doyoung preguntó, sin prestar atención a la indignada expresión que la señora realizó.

— Consideración es la que va a tener que rogarle al gerente. —a partir de ese momento no volvió a escuchar esa irritante voz. Supuso que realmente fue a quejarse con el jefe, pero le daba igual. No estaba de ánimos para reprocharle.

"No puedo creer que aún existan este tipo de empleados".

"¿Ni siquiera esto sabe hacer?"

"Ya saben, es un gran ejemplo de lo que se determina una persona fracasada".

Los susurros aterrizaban en su cabeza en un habilidoso vaivén, en cualquier momento su cabeza podría explotar. Y ciertamente no fue su cabeza quien lo hizo, sus manos parecían estar sumidas en encargarse de manipular bruscamente el pesado objeto que anteriormente intentaba componer. Las personas se aislaron al ver que podrían terminar lastimados. Eso era lo que menos a Doyoung le importaba.

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