YOU'RE MINE © on your skin

32. El secuestro

Daphne

Molly estaba un poco sospechosa últimamente, no sabía que carajos le pasaba, después de lo que había pasado, nos distanciamos demaciado, pero sabía que no pensaba hacer algo bueno y eso era lo que me preocupaba.

Realmente, no me preocupaba lo que hiciera Molly, lo que me preocupaba era ahora con que se iba a meter de mi,pero, en esta ocasión sentía algo diferente no lo sé una sensación tan extraña, algo de miedo convinado con desagrado, realmente sentía algo que no podía explicar muy bien así que pensé que solo era mi imaginación la cuál se apoderaba de mi pequeño cerebro

Molly

Daphne... Daphne era una simple niña estúpida la cuál, era fácil de engañar y meter ideas, siempre fue tan... Ingenua —sentada tomando un vaso de whisky— así que está no sería la primera vez que la engañaría, tenía un fabuloso plan el cual sabía que este no iba a fallar, como los demás intentos.

Con que iba a empezar mi plan? Con ella misma, si hacía eso, ella estaría a mis pies rogandome, no yo, pero como lo haría?, Ya había visto antes dónde trabaja ella, así que sería fácil, secuestrarla además que obtendría información.

Me serviría para bien, así que tengo que esperar a la noche a que sean las 8 pm la hora que élla salía de trabajar, para subirla a la camioneta y llevármela lejos y después avisarle a alguien, simple eh ingenioso plan —sonrie ampliamente— por dios soy una genio

Daphne

Dieron las 8 en punto de la noche, ya había terminado mi turno en la empresa, así que salí y estaba apunto de subirme a mi carro hasta que siento que alguien me jala por detrás y me mete a una camioneta, tal era mi sorpresa, al ver a Molly quitarse la capucha de la cara, me había secuestrado

— Que carajos esta haciendo Molly? —Dije al instante que ella dejo ver su rostro

— Haré mi trabajo daphne —la ve de una manera tan fría y con algo de enojó el cual se podía notar por sus pupilas dilatadas

— Déjame ir —tratando de quitarse la soga que tenía en las manos — desatame idiota

— No lo haré, eres tan irritable con tu voz

— No te pregunté si lo era o no — me desató y salgo inmediatamente del carro dónde me había metido

— Maldita —susurra con una voz fría, sale corriendo de la camioneta para alcanzarla

— Déjame estás completamente loca — Seguí corriendo hasta que me tropecé con una grieta en el suelo

Deberían de arreglar el pavimento para correr agusto

Pensé aunque era tarde, me alcanzó y de nuevo me amarro con la soga esta vez me puso un paleacate en la boca para que dejara de hacer ruido

— Está vez no escaparas de mi, niña estúpida y mimada —la meto de nuevo al carro y empezó a manejar para salir del condado eh llevarla lejos.