Doce

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Mikasa

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Mikasa

 —"¿Como se supone que oculte esto de todos aquí?" Realmente era una situación complicada si la pensaba lo suficientemente bien, un par de alas en mi espalda no era algo que a las monjas del convento no les llegara a espantar. Han pasado semanas, no he sabido absolutamente nada de Eren... Tal vez no debería, pero estoy preocupada por el

 Escuche como de repente tocaban a mi puerta, me exalte demasiado y corrí a la cama rápidamente. Me tape con las sabanas hasta el cuello, curiosamente sentí que las alas ya no hacían presión en la espalda

 —"Mikasa. Mi niña ¿Puedo entrar?" Era la hermana que había estado al pendiente de mi desde que estaba aquí. Trague pesadamente por eso pero decidí dejarla entrar en vista de que las alas por el momento no serian un problema "Adelante" La puerta se abrió y mostro a la hermana con una cara larga, pero siendo técnicos siempre estaban así

 —"Mikasa. Tienes una visita" ¿Una visita? ¿Quién podría ser? "¿Visita?" Ella asintió con una sonrisa medio forzada. No quería ilusionarme sobre la remota posibilidad de que fuera Eren quien estuviera esperándome. Pero recuerdo que siempre me dijeron que la esperanza es lo ultimo que se pierde

 —"Esta bien... Me daré un baño e iré" Respire de alivio cuando abandono la habitación, no se porque pero ahí nuevamente las alas salieron de mi espalda. Formule una pequeña teórica "Tal vez se deba a mi estado mental" Me senté en el borde de la cama y respire un poco

Cuando me exalte hace rato se escondieron. En ese momento quería férreamente que se fueran, y lo hicieron. Pero una vez deje de pensar en esconderlas salieron a la vista, de esta forma tal vez solo necesitaba pensar detenidamente el esconderlas. Así que tomando pequeñas bocanadas de aire lo intente por unos minutos

Dio sus frutos, porque sentí como se escondían nuevamente

 —"Perfecto" Salieron nuevamente. Y así las hacia salir y entrar a mi gusto "Se siente tremendamente natural" Casi como si supiera que hacer, como andar en bicicleta. Una vez aprendes no se te olvida jamás. La sensación era parecida

 —"Sera mejor que me apresure a ver a mi visita" Tome la toalla del taburete de la habitación y fui a ducharme rápido

...

Mikasa

 Fui guiada por la hermana a cargo de mi cuidado hasta un ala del convento que se parecía a un centro de visitas. Extraño si tenia en cuenta que rara vez se permitían estas ultimas en un lugar así

 —"Por favor sea paciente y piense detenidamente todo lo que hablaran. Su visita espera" Dijo señalado una puerta de madera sospechosa, estando ya en esta situación no había mucho por hacer, así que tome aire y abrí la puerta bastante mas esperanzada de lo que debía estar en un inicio. Porque la cabellera castaña y las esmeraldas verdes no me esperaban del otro lado "Me alegra que hayas querido venir por cuenta propia Mikasa" Ese hombre ya lo había visto antes, su rostro lo recordaba muy bien

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