Capítulo 28

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— ¿Dónde está Emily? — preguntó el Sr. Smith.

Después de haberse enterado por la pelirrubia que su hija estaba nuevamente viendo con Liam a escondidas y lo peor del asunto es que él era casado con aquella chica y estaba siendo inoportuna en arruinar un matrimonio.

No estaba de acuerdo que un Collins entrara en su núcleo familiar y por esa razón hizo hasta lo imposible que su hija no se vinculará con aquella familia. Sin embargo, todo sus esfuerzos de mantenerla lejos de ello, fue en vano.

Enojado estaba de la situación.

Recién se había enterado de eso y hasta donde había entendido, era que ellos se han estado viendo desde hace algunas semanas y nisiquiera se había dado cuenta de aquello. Había estado tan ocupado en el tema de que el heredero de los Lenox se comprometa con su hija como también dar el intercambio lejos a las dos niñas, que descuido ese pequeño detalle de la pareja.

— Sr. Smith, la señorita Emily salió hace algunos minutos — hablo una de las empleadas de la mansión con un poco de nerviosismo al ver a su jefe en ese estado de enojo.

— Necesito que me responda algo. ¿Usted ha visto a un chico entrar y salir de esta mansión? O más bien ¿Le ha visto un chico estar Emily con alguien más aquí? — pregunto mientras veía como la empleada sujetaba sus dos manos con fuerza — Es mejor que me diga la verdad y no me oculte nada.

— Yo... En realidad no sé de qué está hablando señor — la empleada había visto varias veces a un chico azabache en la mansión, pero le daba miedo decirle porque sabía que su despido estaba sentenciado si hablaba de más. Ella le tenía mucho aprecio a la castaña, que no quería delatara de esa manera.

— ¡No me mienta en mi cara. Así que es mejor que me lo digas ahora! — dijo con la poca paciencia que tenía

Lo siento señorita Emily, pero no me puedo quedar sin trabajo.

Si señor, un chico ha venido a la mansión varias veces.

El golpe en la mesa hizo que la empleada se asustara al ver como el señor Smith estaba enfurecido y con su ceño fruncido de la ira. Le daba miedo que se desate una fuerte discusión en la mansión por su culpa, pero tenía una familia a la cual mantener y no podía quedarse sin trabajo.

— ¡Carajos!

El Sr. Smith agarró su teléfono celular y se dirigió a su oficina. Al llegar, marco el número de Frank Lennox , decidido a dar paso al compromiso de su hija con el castaño.

No iba a permitir que por nada del mundo, su hija se mezclará con un Collins. Había jugado bien su carta hacer cinco años para que ella se fuera del país y que no volviera a ver al azabache nunca más. Un tema que había dejado por alto por estar al pendiente de que su hija tomara el cargo de la empresa y que se casará con el hombre que había decidido el futuro de su hija.

Las dos niñas que tenían era más que un estorbo para sus planes. No iba a permitir que dos niñas insignificantes como ellas, tomarán su apellido. Era más que obvio que las dos niñas eran un error, ya que sabía que su hija le gustaba ser obras de caridad y aquellas no eran la excepción. Sin embargo, no eran de su sangre, no llevaban su linaje Smith, por lo que necesitaba a un niño varón para que en un futuro tomara el cargo de la empresa familiar.

Desde pequeño le había enseñado y educado su posición social ante la sociedad. Su objetivo claro a todo eso, era enamorar a la hija de los Collins. Él pensó que aquella chica sería la heredera de toda la fortuna como también la dueña de la empresa. Tarde se dio cuenta cuando se enteró que era hermana de su mejor amigo, Philip Collins, que era dos años mayor que ella, dando a entender que su mejor amigo era dueño de toda la empresa al ser el primogénito de la familia Collins.

Te amo, pero la vida es injustaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora