𝑃𝐴𝑆𝐼𝑂𝑁

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"Así como Dios se goza en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Dios en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra"

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"Así como Dios se goza en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Dios en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra". (Deuteronomio 28,63:)

Dicen que el amor es el sentimiento más versátil, pues puede elevarte al cielo en un solo minuto, pero también puede arrastrarte por el más oscuro pasillo en el infierno y no sacar tu alma de ahí. Bienaventurados aquellos que encuentran el amor verdadero, y más aún, aquellos que encuentran en su alma gemela, a su mejor amigo.

Esta historia pasó hace tanto tiempo que las personas involucradas están, de alguna u otra forma, muertas. Te pido por favor que extiendas una oración al cielo y pidas por el descanso y el perdón de sus almas. Aún su historia se cuenta, como un chisme de callejón, en las calles aledañas al edificio de Greenwich Village, en Manhattan. Las abuelas cuentan esta historia a sus nietos, como un recordatorio de lo que no se debe de hacer, y también, como una advertencia de lo que somos capaces cuando amamos.

Jeon Jungkook tenía su vida planeada desde pequeño. Siempre había sido muy meticuloso y recto en cuanto a lo que quería lograr en un futuro, y se preocupaba por conseguirlo. Se privó de muchas cosas en su temprana juventud para poder acceder a una beca en la Universidad de Columbia, en New York, y como todo el que persevera y lo desea con todo el corazón, lo logró y salió de su natal Corea del Sur rumbo al nuevo inicio de su vida.

Kim Taehyung provenía de padres surcoreanos que ya radicaban en Estados Unidos cuando él nació. Podemos hablar mucho de la vida de Taehyung, como de sus fiestas aclamadas por la joven élite neoyorquina, o de cómo la terapia lo ayudó a salir de ese círculo de vicios en los que estaba inmiscuido, pero no lo haremos. Hablaremos, en su lugar, de su redención y entrada a la carrera de Ciencias Económicas en la facultad de ciencias sociales de la Universidad de Columbia.

Jeon Jungkook y Kim Taehyung se conocieron cuando tenían 18 y 19 años, respectivamente. Me gustaría decir que se odiaron al principio, que como cualquier cliché, las clases sociales los dividían y que esto es una historia de enemigos que se transforman en amantes, pero no es así. Ambos compartían pasiones muy notadas, como su gusto por asistir al teatro musical y las actividades extracurriculares donde llegaron a coincidir. Fue muy fácil para ellos encajar en la vida del otro, se complementaban de una forma increíble y, cuando Jungkook confesó cómo se sentía al estar a su lado, se dio cuenta de la mejor forma que sus sentimientos eran correspondidos.

Entonces ambos jóvenes terminaron la universidad. Kookie, como le decía Tae, con mejores notas que él. Taehyung jamás le diría a su novio que fue él quien movió todas sus influencias para que, de su primer entrevista de trabajo en un corporativo importante, obtuviera el contrato inmediatamente. Ambos ahora estables y en una vida que iba viento en popa en la agitada ciudad consiguieron rentar un departamento, porque Jungkook deseaba conseguir las cosas por sí solo. No pasó mucho tiempo para que compraran una casa en Green Witch, que aunque no era la mejor zona, tampoco estaba tan mal.

Dos años después, en una cena en el restaurante Le Bernardin, Taehyung le pediría a su amado que se casara con él, entregándole el anillo de la familia. ¡Por supuesto que se casaría con él! Nada podría hacerlo más feliz, en el mundo no existía entonces amor más grande que el que se profesaban ambos jóvenes.

La fecha de la boda y los preparativos iniciaron más temprano que tarde. Las familias de ambos estaban muy emocionadas por la unión, pues habían visto en carne propia que sus hijos encontraron el amor verdadero. Contrataron al mejor organizador de bodas que pudieron encontrar, pero entre ambos estilos tan diferentes que tenían, era un poco difícil encontrar cosas en las cuales coincidir. Usualmente el mayor era quien cedía, cegado también por las pequeñas arrugas en los ojos que denotaban la molestia de su novio, y que a él le parecían encantadoras.

Una noche, cuando se disponían a escoger el color de las invitaciones, el estómago de Jungkook rugió, sacando una pequeña risa a su acompañante, quien pasó los brazos por la cintura del menor y besó su mejilla.

-No has comido nada otra vez, ¿verdad? - levantó una ceja. Jungkook negó, con el ceño semi fruncido y con dos invitaciones monocromáticas en las manos. -De la casa al trabajo, y del trabajo a la casa.

-Y en la casa, hay trabajo también. - murmuró, sacándole una sonrisa al mayor.

-Iré a traerte algo de comer, voy por mi abrigo.

Se separó de él y caminó hasta el perchero donde reposaban variedad de abrigos al lado de la puerta. Unos segundos después, Jungkook reaccionó a lo que había dicho.

-Son casi las dos de la madrugada. - afirmó. - ¿Por qué no pedimos delivery?

-Porque la pastelería Presa, que está cerca y que te encanta, no tiene servicio a domicilio. - respondió obvio, y antes de escuchar lo que su novio tenía que decir al respecto, alzó las llaves de la casa en su mano. -¡Enseguida regreso!, ¡Te amo!

-Yo más. - murmuró Jungkook, finalmente rindiéndose ante la situación y soltando una pequeña sonrisa.

Jungkook se quedó unos momentos más revisando las invitaciones hasta que finalmente sus ojos cayeron en la única que su novio separó del resto. Él ya había cedido en muchas cosas, y el color azul pastel bien podría combinar perfecto; le diría apenas llegara que había tomado la decisión de escoger esa.

Se arremangó las mangas de su camisa de botones blanca y se dirigió a la cocina a preparar algo de beber para ambos, quería recibirlo bien una vez que regresara de la pastelería. Miró el reloj de la cocina, ya pasaban de las dos y cuarto y a las 8 en punto tendrían que salir para que les tomaran las medidas de los trajes sastre que usarían en la boda. Nada se escuchaba más que el tic-tac del reloj y los pensamientos del economista, hasta que el ruido de su celular lo sacó de la ensoñación. Era Taehyung, quien probablemente había olvidado cómo ordenar el postre favorito del chico.

-Quiero huesos de santo, Tae. -anticipando a lo diría, agregó. -El postre romaní, el que siempre pido.

Pero la voz que le respondió por el otro lado no era la de él. Fue entonces cuando su oído percibió las alarmas de una sirena a lo lejos, el murmullo de las personas y el llanto de una mujer.

-Señor Jeon, por favor venga rápido. - era Verónica, la mujer mayor que trabajaba en la pastelería. Se escuchaba agitada y con la voz entrecortada. -Ha ocurrido algo horrible, por favor, solo venga.

El mundo de Jungkook se precipitó sobre de él. Corrió por entre las calles, corrió como nunca antes lo había hecho. Escuchó el sonido de más sirenas y se abrió paso entre la gente. Miró con horror cómo la policía se llevaba a un hombre aparentemente en estado de ebriedad, notó además una camioneta seguida de marcas en el pavimento por exceso de velocidad que arrastraban un charco de sangre, pero finalmente cayó al suelo destrozado cuando observó que la mano que colgaba de la camilla que llevaba un cuerpo tapado por una manta blanca, tenía el compañero del anillo que él mismo llevaba puesto en ese momento.

No notó que pisó la caja de huesos de santo, tampoco notó que un transeúnte tomaba la billetera tirada de Taehyung y extraía dinero para después echarse a correr. En ese momento solo prestaba atención a cómo su mundo era destruido, solo pensaba en dolor, en enojo, en ira.

Así como el amor llega a nuestras vidas, también se nos es arrebatado en cuestión de segundos. Taehyung murió a la edad de 26 años, el 14 de agosto de ese año, a las 2:33 am., a causa de un ebrio que manejaba su camioneta pick up y que perdió el control de la unidad. Fue casi instantáneo, eso le dijeron los peritos de seguridad a Jungkook cuando este abrió la bolsa hermética donde llevaban el cuerpo de su prometido, manchando su camisa en el proceso.

Es relativo decir que se hizo justicia, porque por supuesto que la familia se encargó de hundir al maldito que robó un hijo, un hermano, un amigo y un novio, pero eso jamás acabaría con el daño emocional que le había provocado semejante pérdida a Jungkook.

Tenía que haber otra forma, debía de haberlo.

Pe Amare Mule; Vkook [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora