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"Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos"

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"Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos".(Lucas 16:19-31).

El siguiente mes después de que las cenizas de Taehyung fueran puestas en una cripta en la iglesia de Saint John Divine Cathedral fue desastroso para Jungkook. Se había tomado la decisión de no hacer una misa de cuerpo presente porque el pobre cuerpo del chico había quedado prácticamente irreconocible.

En el trabajo le habían otorgado un permiso extra para ausentarse medio año. Jungkook estaba seguro de que jamás terminaría de sanarse, la recuperación estaba completamente ajena a sus ideas, y es que Taehyung tampoco se lo estaba haciendo fácil.

El chico veía a su prometido en cada rincón de la casa, estaba seguro de que sentía en la noche cómo el cuerpo de alguien más se recostaba a su lado; de pronto escuchaba susurros con su nombre por la madrugada, y olía el café que el solía prepararle apenas saliera el sol. Se estaba volviendo loco, y es por eso que tomó la decisión de salir a dar caminatas por la tarde, siempre terminando en la iglesia para poder cambiar las flores por unas más frescas.

Esa tarde no había sido la excepción, solo que esta vez, también caminó por donde no se había atrevido antes. Necesitaba pasar cerca de donde había ocurrido el accidente, como una especie de prueba para sí mismo. Tomó valor y caminó por aquella calle aledaña a la pastelería Presa, pero se sintió mareado y sus ojos se llenaron de lágrimas por lo que tuvo que detenerse a tomar aire en un poste de luz. Se sobresaltó cuando, en medio de su pequeño ataque de ansiedad, sintió una mano huesuda que le tocaba el hombro y gritó al instante.

-Hijo, soy yo. - se trataba de Verónica, quien lo tomó de la mano adentrándolo a la pastelería. -Ven, siéntate aquí, no te ves muy bien. Te traeré agua y algo de azúcar para que te recuperes.

Jungkook se hubiera negado de no ser porque en verdad se sentía mal. Tomó asiento inmediatamente donde ella se lo indicó y procedió a beber el vaso completo de agua que la mujer le extendió. Un plato con su postre favorito también fue colocado en su mesa, y apenas tuvo fuerzas para negar con la cabeza antes de sentir cómo se le formaba un nudo en la garganta.

-Yo...yo ya no puedo comerlos.

-Él siempre venía a buscarlos para ti después del trabajo, decía que te ponían de mejor humor. - murmuró la mujer de cano cabello, mirando en dirección a la puerta, como si recordara al joven entrar a la pastelería. -Al joven Kim no le gustaría verlo así.

-Yo no tengo idea cómo le gustaría verme. - soltó una gran bocanada de aire, abrumado por todo lo que estaba sucediendo.

-Claro que lo sabes. -espetó, segura de sí misma. Jungkook levantó la mirada finalmente y la posó en ella, intrigado. -Él todavía está contigo, todos nos hemos dado cuenta.

-No sé de lo que habla. - negó, las nauseas comenzaron a formársele en la boca del estómago.

-Mi niño, a él no le tocaba partir. -la voz de la mujer se transformó, de pronto, sintió que estaba hablando con alguien que lo entendía. Se sintió en calma. -Cuando te vas por las tardes, vemos su sombra asomarse por la ventana, esperando a que regreses. Tienes que sentirlo, está contigo. Incluso, a veces podría jurar que sigue viniendo por las tardes a buscar un postre para ti.

Pe Amare Mule; Vkook [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora