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Capítulo 4

Harry estaba honestamente exhausto, lo empujaron a una pequeña habitación con un grupo de crías más jóvenes.

Todos los niños más pequeños lo miraron, algunos asombrados y otros asustados. Harry no se molestó con ellos, no eran una amenaza para él, podía sentir un aura poderosa al otro lado de la puerta y eso le daba ganas de correr. Se sentía repugnante y lleno de codicia, peor que los Weasley.

Se abrió la puerta y entró una bruja de aspecto severo. Miró alrededor de la habitación antes de que sus ojos se posaran en Harry. "Señor. Potter, por favor, sígueme ".

Harry se quedó de pie, dubitativo, pero siguió a la dama fuera de la habitación. Examinó la multitud de estudiantes antes de sentarse en un taburete.

Se colocó un sombrero en la cabeza de Harry haciendo que el joven mago se tensara antes de que una voz flotara en su cabeza. "Ah, sí, me pregunto cuándo podría clasificarte señor Potter, hmmm muy interesante, estoy seguro de que si las cosas salieran de manera diferente, te habría clasificado en una casa diferente, pero a partir de ahora parece que solo hay una opción". . "

"¡¡HUFFLEPUFF !!"

Hubo un silencio silencioso en la habitación antes de que se desatara el infierno. Todos los Weasley se pusieron de pie gritando sus negaciones, lo que hizo que los Hufflepuff saltaran en defensa de su casa.

Dumbledore se puso de pie y se llevó la varita al cuello. "¡¡SILENCIO!!" Todo quedó en silencio mientras todos los estudiantes miraban a Dumbledore.

El viejo director sonrió y miró a Harry. "Debe haber habido un error, veremos si el sombrero cometió un error, no tienes ningún problema con eso, ¿verdad Harry, muchacho?"

Harry se erizó de ira, el sombrero le había dicho a dónde ir y planeaba ir allí. Harry se giró y fue para comenzar a caminar hacia la mesa negra y amarilla. "No."

Dumbledore frunció el ceño y extendió la mano colocando una mano sobre el hombro de Harry. Harry dejó escapar un fuerte gemido y gruñó y se apartó dando media vuelta y agachándose con los ojos luciendo salvajes.

Harry lo odiaba, este hombre había arruinado el olor de su madre, ahora todo lo que podía oler era la vil codicia de este viejo mago y no podía soportarlo, ¡cómo se atrevía este humano a tocarlo!

Antes de que Harry pudiera abalanzarse sobre el anciano, alguien le rodeó la cintura con los brazos y tiró de él hacia atrás. Harry no sabía por qué, pero instantáneamente se sintió calmado y lentamente dejó de gruñir.

El cuerpo que lo sostenía se sentía mal, pero el olor olía maravilloso y provocó que Harry comenzara a emitir un ronroneo y lamento. Era bajo y solo lo oía quien lo sostenía, quien lo apretaba con más fuerza.

El hombre miró a Dumbledore. "Dumbledore, si yo fuera tú, dejaría al chico solo, él no quiere una nueva prueba, está bien con su casa".

Dumbledore parecía enojado y sonrió con los labios en una delgada línea. "Por supuesto Moody, ¿qué tal si dejamos ir al Sr. Potter para que pueda continuar con sus compañeros de casa?"

Moody soltó su agarre y Harry quiso quejarse por ser liberado, pero se quedó en silencio y se dirigió a su casa sentado entre dos chicas que se movieron para dejarlo entrar.

A Harry le gustaban sus compañeros de casa, le gustaba la idea de la lealtad y sabía que los amigos que hacía en esta casa se quedarían con él durante mucho tiempo en las buenas y en las malas, su madre estaría complacida con su casa.

La chica a su lado con cabello castaño ondulado sonrió levemente. "Hola, me llamo Susan Bones, espero que podamos llevarnos bien este año y los años venideros".