3. Andy "Arrepentimiento"

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- Bájate ahora mismo. -me dijo enfadado -.

Vi lo tenso que se estaba poniendo y cómo apretaba los dientes, marcando la mandíbula aún más marcada de la que tiene.

- ¡No me vas a dejar en medio de una calle que no conozco! - le chille-.

Salió del coche malhumorado y me abrió la puerta. Me desabrochó el cinturón y me cogió en brazos. Intenté moviéndome muchísimo que me bajase pero era bastante fuerte.

Me soltó y se subió al coche otra vez mientras esperaba a alguien, creo.

- ¡Que te den! - dije y me fui andando rápido con los brazos cruzados a ningún sitio -.

Andaba en ninguna dirección. Estaba súper enfadada. No llevaba aquí ni un día y ya me estaban amargando la vida. Después de haber estado 30 minutos súper enfadada andando sin dirección alguna, decidí darme la vuelta para regresar. Pero escuché muchísimo ruido. Vi cómo había gente que llegaba y aparcaba y entraban bebiendo.

Después de haber estado tanto tiempo andando rápido súper enfadada, me había entrado sed. Noté mi garganta muy seca y tosí. Seguramente ahí todo era alcohol, pero bueno, no se pierde nada viendo a ver si venden agua.

Entré al local y olía fatal a alcohol. Había gente jugando a juegos de chupitos, y otros jugando con el billar. Hasta que lo vi a él, a mi hermanastro. Estaba jugando al billar con 2 chicos más. Ese chico, el cual me había dejado en medio de la calle tirada sin yo conocer de nada la ciudad.

Me senté en un taburete de las barras y pedí una botella de agua. Menos mal que llevaba algo de dinero encima. Lo miré fijamente por segundos. No iba a dejar que me hiciese eso. Cogí mi botella, me dirigí hacia él y le tiré todo el agua en la cara.

Toda la gente que estaba en el local, se quedaron en silencio.

- ¿¡Que mierda haces?! - me preguntó enfadado -.

- ¡No conozco la ciudad y tú me dejas tirada en media de ella! - le chillé -.

Fui a pegarle una bofetada, pero me cogió de las muñecas y me miró a la cara súper enfadado.

- Me estás haciendo daño. Suéltame - le ordené -.

- Ni se te ocurra decir ni una sola palabra - me dijo mirándome con una mirada penetrante -.

- ¡No me mandes a callar! - le grité pero enseguida me arrepentí -.

Me miró con una mirada fría y se dio la vuelta para seguir con la partida.

Todos siguieron hablando, jugando y emborrachándose. Me quedé sentada en un sofá del local mirando el móvil. Me querría ir de allí ya. No paraba de enviar mensajes a mi madre y mi me respondía. Empecé a agobiarme con toda esa gente.

Noté cómo alguien sentaba a mi lado.

- Hola, soy Connor. ¿Quieres un poco de agua? Te veo sedienta - me dijo ofreciéndome un vaso -.

Solo estaba pendiente de si mi madre me respondía. La había llamado un montón de veces. Cogí el vaso sin mirarlo ni nada, y me lo llevé a la boca. Me lo bebí todo entero sin mirar ni lo que era. Cuando terminé, puse una cara de asco y miré a Connor.

- ¿Esto qué es? - le pregunté tosiendo -.

- Vodka. ¿Quieres que vaya a por más? - me preguntó -.

- Está bueno. Ve a por más, porfa - le dije -.

Después de mucho tiempo bebiendo, empecé a ver todo muy borroso y los ojos me pesaban. Me levanté del sofá y me tambalee de un lado al otro. Estaba borrachísima. Empecé a notar cómo mi cuerpo me quemaba.

Me choqué contra alguna gente que empezó a maldecir. Me estaban dando muchísimos pinchazos en la cabeza, y las piernas me temblaban.

Me desmayé.

Todos estaban riéndose, pero Harry, mi hermanastro, vino corriendo hacía mí y me cogió en brazos.

- No hagas tantas idioteces, Andy. - dijo mientras salía por la puerta del local -.

Me subió en el coche y nos dirigimos hacía casa. Cuando abrí los ojos (que aún me pesaban muchísimo), vi que estaba en un coche junto a mi hermanastro. Seguía aún tambaleando-me.

- ¡Hace mucho calor! - me quejé -.

- Eso te pasa por ir y emborracharte - me reprochó -.

Cada minuto que pasaba, aumentaba la temperatura de mi cuerpo cada vez más.

- ¿¡NO PUEDES IR MÁS RÁPIDO?! - le grité mareando-me -.

- ¡No puedo infringir las leyes de tráfico! - me replicó -.

Ya no podía más. Me quité la sudadera y aún seguía teniendo un calor por dentro tremendo. Sé que estaba loca, estaba borracha m me quité los pantalones y me quedé en bragas.

- ¿¡Qué haces?! - dijo mirándome un milisegundo -.

Ya no podía más. Estaba a punto de desnudarme en medio de la carretera. Me estaba intentando quitar las bragas pero rápidamente, Harry me cogió la mano y la apartó de mis bragas.

- No puedes desnudarte en medio de la carretera - me dijo -.

Cuando llegamos, me bajó del coche y me dejó en la cama de mi habitación. Empecé a llorar desoladamente.

No estaba pasando por una buena racha. En Nueva York estaban todos mis amigos felices disfrutando de la vida, y se me venían a la mente recuerdos con ellos... Todas o casi todas las noches, quedaba con mis amigos por la noche en mi casa para charlar, cantar, bailar, y divertirnos al máximo y disfrutar de la adolescencia. Y nunca encontraré a amigos cómo ellos.

Cerca Mía [ Bilogía Cercanía #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora