𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒃𝒊𝒆𝒏 ♡

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Costaba ver la luz del sol, hacía frío. La casa en la que estaba era grande y antigua. Las ventanas estaban rotas, los cristales de éstas esparcidos por el suelo agrietado. La madera de las paredes estaba húmeda, llena de moho. Se escuchaban los chillidos de las ratas y se veían cucarachas pasar. Cada rincón tenía polvo y restos de sangre, demasiada sangre.  

Sus ojos bajaron a las manos. Estaban cubiertas de sangre seca, no era la suya, si no de alguien más. Tenía un cuchillo sujetado en su otra mano, mientras que en la izquierda sólo había un sobre.

Tembló y soltó su mano derecha, haciendo un sonido metálico al caer el objeto cubierto de sangre. Con ambas manos abrió el sobre y se dispuso a coger la carta que se encontraba en el interior. Al abrirla empezó a leerla.

Hola Takemich Hanagaki:

Nosotros esperamos que en este preciso instante estés sufriendo como la persona de mierda que eres. Todos sabemos la clase de persona que eres, alguien repugnante, un ser que no merece ser nadie en esta miserable vida. Cometiste demasiados errores, los cuales te arruinaron la vida de otros seres humanos.

Uno de ellos es el del capitán del primer escuadrón, Baji Keisuke. A este chico de catorze años no lo pudiste proteger. Sabías que el moriría, pero no lo impediste. Fuiste demasiado débil y no hiciste nada para remediarlo, eres un miserable.

Por tu culpa, a Kazutora Hanemiya lo arrestaron. Lo acusaron de matar y fue puesto en prisión. No fuiste capaz de hacer nada por él, ni por nadie. Solo supiste llorar, que es lo que siempre haces. Lloras, te paralizas y no te mueves, como una simple estatua.

La dulce chica de la familia Sano, Emma. Era simpática, amable, sincera y bondadosa. Tenía todo un futuro por delante, podría haber estado con Draken. Ambos sentían lo mismo por el otro y nunca se dijeron lo que sentían. Se hubieran casado, ella estaría de blanco y el de negro. Iría al altar junto a su querido abuelo, darían los votos y después se besarían. Su casa sería bonita y tendrían niños, los cuales Mikey cuidaría. 

Pero tú fuiste un estupido que no supo salvar ni proteger a nadie. Fuiste un jodido pusilánime, un repulsivo infantil. Pensabas que llorando y hablando las cosas se solucionarían. Te equivocaste en todo, no serviste a nadie. Todos te odian, no hay nadie que te quiera.

Manjiro solo está contigo por pena, no te ama ni te desea.

Ojalá te pudras.

Cuando acabó de leer la carta las lagrimas se le cayeron y se arrodilló. Sabía que lo que ponía en la carta era cierto, no había ninguna mentira. Cuando acabó de sollozar se levantó del frío suelo.

Escuchó un ruido y empezó a correr. Se dió la vuelta y lo estaban persiguiendo, era Mikey.  Tenía una sonrisa psicópata, en cada mano sujetaba un cuchillo.

Iba detrás de él, como un gato hacia un ratón. No paraba de reir, se le escuchaba eufórico. Cada vez estaba más cerca de su presa. Takamichi se tropezó y de un salto, Mikey se subió encima de él.

-Te atrapé, estupido niñato- Dicho esto, Sano rió enfermamente, como cualquier otro psicópata. 

-Deja..me- No pudo hablar, pues le había apuñalado.

 No paraba de meter y sacar el cuchillo cubierto de sangre. La cara se le llenaba del líquido rojo viscoso. Gritaba de dolor y lloraba, este acto le excitaba le alegraba. Intentaba pararlo, quería coger el arma metálica; pero sus esfuerzos fueron en vano. Había muerto y solo veía oscuridad.

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Gritó. El lloraba sin parar, todo fue una pesadilla, pero se sintió demasiado real. Había muerto, lo habían asesinado, no una persona cualquiera, Mikey.

A su lado se encontraba se encontraba su pareja. Le miraba preocupado y también triste, no le gustaba cuando se ponía de esta manera. Le preocupaba, no era la primera vez que le sucedía.

-Fue mi culpa, yo la tuve. Todos ellos se fueron por mí. No fuí capaz de hacer nada, ni siquiera pude impedir lo de Baji. Sabía que moriría y no actué, me quede paralizado. Vi como pasaba todo y no pude, no pude hacer nada. Me merezco lo peor...No merezco tu cariño y merezco mi muerte- Takemichi habló y ahora lloró más que antes, se sentí fatal, lo peor.

Después de lo sucedió sentía que era un fraude y que lo mejor era estar lejos de Mikey.

-No lo es Takemichi, no es verdad. Eres una gran persona y todos te necesitan. Eres amable y dulce. Siempre pones primero a los demás y luego vas tú, un egoísta nunca haría esto. Sabias lo que pasaría e intentaste hacerlo lo mejor que pudiste. Hubieron veces en las que las cosas te salieron mal y seguiste adelante, no te caíste. Gracias a ti, ahora Draken está vivo. Tiene su tienda de motos, la cual siempre quiso. No tuviste la culpa de la muerte de nadie; no es culpa tuya que ellos no esten aquí. Claro está que nunca nos olvidaremos de ellos, eso está bien. No hay que olvidar a las personas queridas, es bueno recordarlas.

Al pelinegro se le caían las lágrimas y al peli blanco también. Con una mano, acariciaban la  mejilla de su pareja. Hacían siempre esto cuando se preocupaban por el otro, a ninguno de los dos les gustaba ver sufrir a su novio.

-Por todas estas razones te quise y te sigo queriendo. No cambies ni te sientas mal, eres mi heroe y siempre lo serás. Estaremos juntos, nos protegeremos y nada malo nos pasará. Estaré a tu lado y te protegere, no permiiré que nos pase nada. Te quiero...te amo mucho...cariño- Esto último lo dijo con una tierna sonrisa y le abrazó.

-Te quiero mucho- Al hablarle sollozó. Mikey lo consolaba, todo estaría bien. Le acarició la espalda y depositó un dulce beso en su frente.

Se acostaron abrazados y sus manos estuvieron entrelazadas. El primero en dormir fue Take. Justo ahora se le veía tranquilo, en paz. Estaba en el mundo de los sueños.  Al ver en el estado en el que se encontraba su novio, se dispuso a dormir. Solo lo haría cuando estubiese bien, lo protegería de cualquiera. 

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Hola, espero que os halla gustado la historia <3

Tambien me gustaría saber si os gusta este tipo de contenido o no ✿

Perdón si hay alguna falta de ortografía.

Muchas gracias por haberle dado una oportunidad a esta historia  ◕ ‿‿ ◕