Capítulo 2: El perro faldero de Mikey

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El sol se asomaba entre las escasas nubes que habitaban cómodamente en el cielo, iluminando la ciudad en un ambiente tropical y muy caluroso. Esa mañana ______ pensó que hacía más calor de lo habitual, lo cual ocasionaba que su ropa se pegará a su ardiente piel. Le molestaba demasiado el calor, sobre todo para una persona que no tenía el dinero suficiente para comprar un aire acondicionado que cesará con la agonía que le traía los días calurosos como esos.

Había sido el motivo que hizo que se levantará tan temprano, además de eso, se había despertado con un humor terrible. ______ estaba casi acostumbrado a levantarse de malhumor, pero esa vez era muy diferente, tal vez, creía que se debía a los moretones de su rostro junto a las curitas y gasas que lo cubrían. Todo su cuerpo estaba molido a causa de los golpes.

Un pensamiento sobre aquél chico en pelos de punta surcó por su cabeza, lo desechó en cuanto lo imaginó. No quería pensar más sobre eso, después de analizarlo un buen rato, llego a la conclusión que quería evitar los problemas y, sobre todo, a "ese" problema y si pudiera, nunca verlo en lo que restaba de su joven vida. Quería ignorar las ganas que tenía de borrarle la sonrisa que siempre se cargaba en la cara, le taladraba la cabeza cada vez que recordaba lo anteriormente sucedido, pensaba que era mejor dejarlo pasar a menos que lo volviera a ver, suficientes problemas tenía como para declararse la muerte con un matón salido de la alcantarilla.

Odiaba admitirlo, pero temía lo que podría llegar a hacerle.

Cuando terminó de lamentarse sobre la dirección que estaba tomando su patética vida, decidió que lo mejor sería tomar un baño con agua bien fría para aliviar la molestia aunque fuera por unos segundos, eliminar por un rato todo rastro de sudor y sofocó en él.

Terminó de ducharse, se colocó la ropa que siempre usaba en casa para estar cómodo. Sintió su cabeza doler, al mismo tiempo su estómago rugía implorando por comida. Tratando de evitar la situación, se decidió por tomar un ducha, pues no tenía nada más que hacer.

Sus ojos se abrieron, dando una breve inspección a su habitación, tratando de orientarse se levantó del colchón, fijando su vista hacía la nada por mientras en lo que tardaba en levantarse por completo.

Ah, y ahí estaba, su cuerpo de nuevo estaba pegajoso y sudoroso, sus prendas de nuevo apestaban a sudor, aún cuando acababa de bañarse hace pocas horas.

Cuando todo su cuerpo y mente terminó de orientarse, se levantó del colchón y enderezó su cuerpo por completo, haciendo tronar los huesos de su espada y cuello. Tomó sus llaves, demasiado decidido -trataba de creer-, salió a pasos anchos del pequeño dormitorio.

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Siguió corriendo lo más rápido que podía, también hasta donde su cuerpo le dejaba. No era la primera vez que había terminado en ese tipo de situaciones ni la primera vez que había robado, aunque no le gustase era algo que hacía por necesidad y algo a lo que recurría cuando no hallaba otra salida.

𝕯𝖎𝖘𝖈𝖚𝖘𝖎𝖔́𝖓 𝖊𝖓𝖙𝖗𝖊 𝖕𝖆𝖓𝖉𝖎𝖑𝖑𝖆𝖘《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚×𝐋𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora