Cuando la habitación se iluminó por completo, para su sorpresa, podía distinguir todo el lugar claramente. Lo que parecía ser una pequeña bodega, con un aspecto bastante tétrico para su gusto, que hacía aumentar la sensación de incomodidad en su persona que llevaba sintiendo desde que entraron a lugar.
Toda la habitación estaba cubierta por una ligera capa de polvo. Una cajas de cartón estaban apiladas una tras otras, mientras que otras permanecían regadas al rededor. La luz, de vez en cuando parpadea levemente, y aún así iluminaba lo bastante bien para ver todo esto con claridad.
No podía evitar pensar que ese lugar le daba un mal presentimiento, sobre todo la persona que lo acompañaba.
Ambos estaban quietos desde que entraron. Él más alto no esperó mucho para moverse, sentándose sobre una caja, antes limpió todo el polvo que pudiera haber sobre ella para evitar ensuciarse.
—¿Y bien?—hablo después de un rato en silencio.
El más alto elevó su vista hacía él, como si estuviera esperando a que fuera el primero en hablar.
—¿Bien que?
Su mandíbula se apretó del enfado, casi haciendo rechinar sus dientes. Los pensamientos de la pelea –o más bien paliza– se abrieron paso libremente, era inevitable no volver a recordar lo sucedido, y más si aún sentía el cuerpo adolorido.
Había dicho que si lo volvía a ver, no planeaba detenerse a sí mismo, pero no podía arriesgarse. No cuando la diferencia de fuerza era notaria, no podía meterse de nuevo en otra pelea, haría ver esa obvia diferencia de fuerzas que había entre ellos, y eso era algo que no quería.
Cuando había entrado a la Toman, siempre se había tratado de alguien que era bastante bueno peleando, sobre todo, de la agilidad que lo caracterizaba al momento de luchar cuerpo a cuerpo. Siempre había sido algo natural, algo cotidiano para alguien que había vivido la mayor parte de su vida solo, dónde tuvo que aprender a sobrevivir entre los barrios más peligrosos, dónde tuvo que hacer una infinidad de cosas para obtener cosas indispensables para la vida humana como lo era un lugar donde pasar la noche, evadiendo el frío que acechaba las calles o la falta de comida, que aún haciendo todo este tipo de cosas, nada le aseguraba por completo seguir con vida el día de mañana o el siguiente a este.
Agradecía haber salido por cuenta propia de esos bajos lugares, de esa parte de su vida que era tan difícil y doloroso tan sólo pensarlo. Todo aquello que le recordaba la clase de persona que había sido y era, aquello que estaba impregnado bajo las capas más profundas de su piel, arañando por salir a la luz. No importa que camino eligierá, todos esos malos recuerdos seguirían ahí, listos para ser los dueños de sus pesadillas.
—Sabes a lo que me refiero—guardo silencio antes de volver a hablar, pensado lo que iba a decir—¿por qué me ayudaste?—soltó por fin.
—¿Uhm?—hizo como si pensará realmente lo que iba a decir—porque me pareces divertido—entrecerró sus ojos, en una amplia sonrisa burlesca.
—¿Divertido?—las palabras del contrario le dejaron mudo—¿Tengo cara de payaso?—un tic en su ojo se hizo presente.
—Claro que no, eres como un perro.
—¿Te estás burlando de mí?—al ver qué este se limitó a solamente asentir, continúo sin ganas de pelear—de todas maneras, ¿qué es lo que vas a querer?
Su mirada cambió en cuanto escuchó lo dicho por él chico—sólo quiero hablar contigo.
—Habla, entonces.
—Aquí no, en otro lado.
—No voy a seguir a alguien que casi me termina de matar, podemos hablar aquí.
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𝕯𝖎𝖘𝖈𝖚𝖘𝖎𝖔́𝖓 𝖊𝖓𝖙𝖗𝖊 𝖕𝖆𝖓𝖉𝖎𝖑𝖑𝖆𝖘《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚×𝐋𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫》
FanfictionTomando una calada de tu cigarrillo, quiero convertirme en esas cenizas. De pronto has dicho "¿Listo para otra mentira?" He aceptado sin dudarlo, lo hubiera hecho, incluso sin escuchar lo que tenías para decirme. ➪𝙲𝚛𝚎́𝚍𝚒𝚝𝚘𝚜 𝚊𝚕 𝚊𝚞𝚝𝚘𝚛 �...