Uno

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Saebyeok abrió los ojos y bufó molesta apagando la alarma, se levantó y con pasos perezosos caminó hasta su cocina para hacerse un aburrido café.

Cuando hubo terminado, salió al balcón y se sentó en una silla blanca de plástico que tenía, miró al cielo y suspiró pesadamente al ver que habían nubes, otra vez.

Miró a su móvil esperanzada de que alguien le mandara un mensaje de "eh, soy Jiyeong, ya vuelvo a molestarte todas las mañanas" pero como siempre, no había sino un "enchufe el cargador, batería baja"

Todo le molestaba de sobremanera. Su amiga había ido ayer a su casa para ver como estaba, solo salía para trabajar. Ya no iba a la playa de Busan, ya no iba a desayunar por ahí, no hacía nada, solo extrañar a Jiyeong.

Miró hacia la calle y se extrañó al ver un camión de mudanza
Genial, otro vecino drogadicto que no parará de venir a pedir sal para verme con una mirada de pervertido.

Pensó, no era la primera vez que le pasaba. Desde que se había ido Jiyeong, habían pasado casi cinco personas, y tres de ellas eran tíos psicópatas que solo pensaban en estudiar o en drogas y alcohol.

Vio a una chica, desde la lejanía de su balcón al suelo de la calle, era alta y su cabello estaba rosa.

Y no pudo evitar recordar a Jiyeong, otra vez.

𝗖𝗟𝗢𝗨𝗗𝗬 𝗗𝗔𝗬𝗦  || Jibyeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora