Las Chicas Caballo de un Ranchero - Uma Musume

Capítulo 8 - Temporada de apareamiento

Cuando veas un anuncio en el que te advierten que tu integridad física o en el peor de los casos, tu vida, esté en riesgo, debes obedecer sus indicaciones sin protestar, porque por algo están ahí. No son simples adornos. Por haber olvidado una advertencia tan importante que estaba en el tablero de anuncios ubicado en la recepción de los dormitorios de los entrenadores, estoy a punto de pagar las consecuencias de mi error.

Todo comenzó una tarde que no había actividades en la academia, días después de haber llegado desde México, así que me tomé el día libre para salir con Kiryuuin Aoi a comer en un restaurante sencillo y platicar un poco para conocernos mejor, además de contarle sobre mi viaje a México y la llegada de Silver Blizzard. A ella le fascinaba escuchar mis anécdotas de cuando trabajaba en el rancho o cuando estudiaba. Para mí se me hacía algo muy normal, pero nunca pensé que a alguien más le podría fascinar la vida en el campo. Incluso me dijo, que quería ir a visitar México algún día y conocer el rancho de la familia, a lo cuál le respondí que en otro viaje que haga, iremos para allá. Estábamos pasando un buen rato, cuando de pronto suena la alarma de su teléfono.

- Te ruego que me disculpes, Ouryuu... - dijo rápidamente Kiryuuin. - Tengo que irme temprano porque tengo que preparar unas cosas para la clase de mañana. -

- No te preocupes. - contesté. - No pasa nada. Lo importante es que nos divertimos un rato y eso es suficiente. Yo tengo que ir a hacer unas compras y después vuelvo a la academia. -

- De acuerdo. Pero no tardes mucho, porque puedes meterte en problemas. -

No sabía que a veces tenían toque de queda, pero aún así contesté.

- No te preocupes. Estaré bien. Trataré de regresar lo más pronto posible. Nos vemos. -

Tras despedirnos, le pedí a la mesera que me dé la cuenta, mientras me terminaba el café, y al pagar, salí de la cafetería y me dirigí al súper a hacer las compras de la semana, sobre todo, papel de baño, jabón en polvo para lavar ropa, pasta de dientes, café y otras cosas que necesitaba. Al terminar, volví a la academia, y ya se había hecho de noche cuando estaba llegando a ésta.

- Qué bella se ve la luna llena desde aquí. - pensé. - El cielo nocturno aquí en Japón es igual de hermoso que allá en el rancho. -

En eso, recordé de algo que tenía que evitar cuando era luna llena, pero quizás no sea de mucha importancia ya que no lo recuerdo del todo, así que continué mi camino rumbo al edificio de departamentos. Sin embargo, al pasar por el edificio de departamentos de las chicas caballo, sentí un leve escalofrío, como si alguien me estuviera observando desde la oscuridad. Aunque, quizás sean los nervios por llegar tarde del toque de queda, así que no le dí importancia y seguí con mi camino.

Al pasar por el camino que seguía derecho al edificio de departamentos para los entrenadores, volví a tener esa sensación de ser observado, pero ésta vez parecía como si más de una presencia estaba cerca de mí, así que mis instintos hicieron que acelere el paso, y casi al llegar al final del camino, casi pego un grito del susto al ver frente a mí a una figura femenina que salió de pronto, pero al verla con claridad a través de la luz que salía del edificio que estaba cerca, me sentí más tranquilo al ver que era Daiwa Scarlett.

- Buenas noches, entrenador. - saluda Daiwa. - ¿Qué hace afuera tan tarde? -

- Bueno... - dije. - Salí a hacer unas compras, pero se me hizo tarde ya que fuí y volví caminando, pero no te preocupes. Todo está bien. -

- Ya veo. Pero aún así, debe tener mas cuidado. En noches como ésta, las chicas caballo no pueden controlar sus instintos, sobre todo en época de apareamiento, y buscan a sus entrenadores para... Bueno... Ya sabe. -