¿Sabéis ese momento que estas con la persona que te gusta y sabes que hay feeling, pero ninguno de los dos se atreve a dar ese maldito primer paso, ese primer beso que une a dos personas?, bien pues vengo a hablar de los macarrones con tomate, no es coña vengo a hablaros de una historia de amor, bueno más bien una rosa de Guadalupe de 3 pares de cojones.
Yo como buena adolescente en tercero de eso, con sus amigos y amigas, sus amienemigos y enemigos pues pasaba por un mal momento, (ya lo explicaré más adelante por qué ahora me da palo y eso va en otro capítulo). En ese mal momento apareció un chaval, Sergio, que la verdad yo al principio jamás hubiera pensado que me enamoraría(#spoliler) de él, pero como dice mi madre nunca digas nunca. No creáis que fue verlo y bum, o que de un día para otro me desperté y sabía que me había enamorado, porque no.
Empezó con unas sonrisas a lo lejos, unas miradas pasadas de tono a la parte inferior de su espalda, y en el peor momento de un día que empezó horrible se acercó y me pregunto que qué me pasaba qué si estaba bien, y yo sin poder controlarme me puse a llorar como una estúpida (#genes), en ese momento me abrazo y sin saber cómo, paro el tiempo. Era como si solo fuésemos él y yo, como si a su lado no me pudiera pasar nada, y sin darme cuenta me había enamorado. Yo en ese momento no tenía ni puta idea de lo que era enamorarse de nadie, así que no me daba cuenta de que estaba locamente enamorada de él(como veis soy un poco gilipollas).Ángela mi único apoyo en ese momento, sin contar a Sergio, sí que se dio cuenta. Ella al parecer me conocía mejor que yo misma(normal porque eres tonta lay) y solamente con observar esa mirada estúpida que pone todo el mundo cuando está enamorado(mírate al espejo y piensa en que tienes tu plato favorito de comida delante, mírate y esa es la cara), cuando sabe que está mirando a la felicidad a la cara, se dio cuenta de lo que sentía, de que él me hacía feliz y decidió no decir ni una sola palabra de lo que sabía, ya que soy una persona muy contradictoria y no quería que jodiese lo único bonito que me había pasado en lo que iba de año(como me conocía la cabrona, si así de predecible soy).
A 3 semanas de mi cumpleaños, estaba fatal, porque ese año se terminaba todo, o sea que ese año mi cumpleaños caía en el último día de clase y alguien que me había importado más que mi propia vida se iría del instituto(y ahora pensaréis... "Pedazo de gilipollas" pues sí, estáis en lo correcto soy lo más imbécil que os vais a encontrar). Mi mundo se caía a pedazos, pero él estaba ahí siempre que lo necesitaba, se podría decir que en una película de Disney era mi jodido príncipe azul(pero yo no tenía ni un pelo de princesa). El día antes de mi cumpleaños, todo iba fenomenal, estaba bien con mis amigos él seguía ahí, así que decidí celebrar mi cumpleaños, invite a Ángela, a Sergio y a un par de amigos más. Al día siguiente tenía colegio así que me desperté y me fui para el instituto, las primeras 5 horas fueron un muermo apoteósico(las típicas actividades de final de curso en plan ir a lo que hubieran organizado los de 4º y cosas así), pero en la última hora teníamos fiesta de la espuma, no tenía pensado meterme(no tenía ropa de recambio) pero después de haber hablado con Sergio como un cuarto de hora viendo como la gente se divertía, me metí en esa nube blanca y salí de inmediato llena de espuma para abrazarlo y que viniera a divertirse con el grupo.
Puedo decir con total certeza que ese fue el mejor momento de mi vida, bailamos, nos abrazamos, reímos, fue perfecto(awww que bonitooo, supondréis, pues no, nonononono, todo mal seguid leyendo). Dejaron de escupir espuma, entonces todos los de mi grupo de amigos nos sentemos para ponernos los zapatos y de esta manera irnos para la hamburguesería donde siempre celebramos los cumpleaños comiendo después del horario lectivo(el típico el rey de las hamburguesas, lo traducís cracks).
-¿vosotros que haréis este verano?-pregunto Sergio mirándome con intriga.
-yo me voy a mi pueblo- dijo Ángela para romper un poco el hielo.