little boy || TK [ Rindou x Souya ] [ Ringry ] +18

baby boy

(BANDAA, cosas chicas q aclarar: es +18, contiene lenguaje obsceno y relaciones sin protección, kink de daddy y babyboy)
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—¿Te irás de viaje hermano?.— El peliazul suspiró de manera tensa, su pulso estaba acelerado y a decir verdad estaba bastante nervioso.

—Oh sí, unas mierdecillas en China nos están dando problemas con los pagos del mes anterior, al parecer hay unas ratas entre nosotros.— Nahoya agregaba rápidamente prendas a su bolso, seguido de sus útiles de aseo.— Lo siento por lo espontáneo, pero ya sabes que a Kisaki no le gusta el trabajo a medias.

Souya desvió su mirada, por primera vez en su vida deseaba que su hermano se fuera rápidamente de la suite. A pesar de manejar exorbitantes cantidades de dinero, los gemelos habían decidido vivir juntos en aquella lujosa pent-house del barrio acomodado de Meguro.

—Oh es verdad, mañana tienes el día libre ¿no?.—Nahoya se sentó a un lado de su hermano.

Souya asintió.

—Perdón por irme de imprevisto, habíamos acordado ir a cenar los dos a ese restaurante de Ramen en Shibuya.— Su sonrisa perdió algo de intensidad.— También te dije que saldría esta noche, y aquí me tienes, haciendo una maleta para hacer el trabajo sucio del cuatro ojos.

—No te preocupes hermano, ya veré que hacer, quizá Chifuyu quiera ir a ver alguna película.— El tono del peliazul se notaba nervioso.

Nahoya soltó una pequeña risa.

—No te hagas el santo, somos hermanos, sabes bien que puedes traer tantas chicas como quieras.— Smiley se puso de pie nuevamente y se dispuso a ordenar lo último en su bolso y cerrarlo.

Angry se tensó con el comentario de su hermano.

—Qué callado estás Souya, aww, te sonrojaste, sé que no eres tímido, deberías comprar algun polvo para tu cuello, todos ven las marcas moradas que tienes.— El chico tomó su bolso y lo puso a su hombro.— Si tienes el número de esa chica tan agresiva necesito que me lo des.— rió por lo bajo.— Bien, nos vemos hermanito, ¡cuídate! vuelvo en dos días.

Y Nahoya salió del lugar.
Angry esperó un par de minutos asegurándose que su hermano se había ido y no se le olvidó nada. Y pasado su tiempo suspiró de manera aliviada.

—Perdón por lo anterior, no me lo esperaba.— Souya se puso de pie y se arrodilló viendo bajo la cama. Ahí estaba el chico de cabellos borgoña, con una sonrisa traviesa en sus labios.

—Cielos, Nahoya da muchos problemas, tuvimos suerte de aún mantener la ropa.— Como un gusanito, Rindō se arrastró hasta salir debajo del mueble y ponerse de pie junto al chico.

—Definitivamente se fue...— Souya desvió su mirada algo sonrojada.— Bien... ¿qué...? ¿qué diablos esperas? no seas idiota... no te contengas...—