Capítulo 2| "Locked Away"

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El Nuevo

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Elsa

Caminando entre los abarrotados pasillos del colegio, se podía sentir el sudor, lágrimas y todos aquellos molestos fluidos de los que eramos presas la mayoría de los adolescentes a esta edad. No me molestaba en lo absoluto todo eso, pero cuando te encuentras cara a cara con el equipo de Basquetbal y ellos acaban de salir de su entrenamiento mañanero, es cuando me dan ganas de vomitar.

-Con permiso. A un lado. Pasa estudiante flacucha a sus espaldas.- mi mochila se atoro entre dos morochos, y con una fuerza que solo Dios sabe de donde rayos la saque, termine desatorandola pero a consecuencia, rodé en el suelo.

Mi cabeza se estrello entre unos casilleros, dejándome sobarla para que aminorara el dolor.

-Es por eso que odio los lunes.

-¡Elsa!

Levante la cabeza buscando quien había dicho mi nombre.

Grata fue mi sorpresa al encontrarme con mis mejores amigas a unos metros de mi, puestas entre los casilleros que rodeaban el mio, con una sonrisa mas grande de las que hubiera podido pedir.

Me levante como un resorte, caminando lo poco que me separaba de ellas, para abrazarlas tan fuerte a las tres que incluso mis brazos comenzaron a doler. El ambiente entre las cuatro solía ser relajado, hemos sido mejores amigas desde que íbamos en la primaria, y no seria la excepción en esta ocasión.

-Me alegra tanto volver a verlas.- solté sus menudos cuerpos, abriendo mi casillero con la misma clave de todos los años, anotada en un papelito guardado en uno de los bolsillos de mi suéter.

-No puedo creer que aun no te aprendas la contraseña.- soltó una risilla una rubia de cabellera demasiado larga, casi hasta las rodillas.

Rapunzel Corona, mejor conocida como Punzi para los amigos, era una pintora prodigio en proceso, su falda morada junto a su blusa blanca y sus bellas zapatillas del mismo color, combinaban a la perfección con su bella corona de flores en su cabeza. Nunca podía faltar una en su casillero o en su bolso. Parecía ser lo mas hermoso para aquella chica y lo que mas la identificaba.

-Oh vamos. Es inicio escolar, incluso a mi se me olvido traer mochila. Por fortuna siempre tengo todo lo necesario en mi casillero.- el chicle en la boca de aquella pelirroja provoco una bomba para después explotar en sus labios rosados.

Merida Dumbrogh. La rebelde del grupo. La manzana podrida de su familia. Única y diferente, con los deportes en su piel y entrañas. Volvía a vestir aquellos mini shorts junto a las playeras holgadas y su cazadora de cuero heredada por su padre. Un caso completo perdido para todos, pero no para nosotras.

-Merida, tu nunca traes mochila.- le sonrió Punzi sacando una diminuta risilla ahogada en su garganta.- Y soy yo la que siempre te presta útiles.

-Es por eso que eres la mejor, Punzi.- abrazo sus hombros, formando un rudo abrazo de oso que me hizo reír.

-¡Oigan!, no me dejen fuera de esto.- fue el turno de una castaña con trenzas por meterse entre ambas, sacando la risa de todas.

Anna Arrendall. La única persona en la que tenia extrema confianza y viceversa, eramos como uña y mugre. Mi media naranja. La Sam de mi Carly. La Max de mi Eleven. Eramos todo juntas. Su estilo de pantalón de mezclilla con algo rosa nunca cambiaba. Ahora su playera era de ese color, tampoco podían faltar su orejitas de gato que se compraba muy seguido como diademas en las tiendas.

-Y yo.- fui la ultima en unirme al abrazo, pero no por eso fue menos especial. Las cuatro eramos amigas del alma, y eso nunca cambiaría.

Nos separamos con una sonrisa mas radiante que la anterior. Cerré mi casillero ya con los libros en mano y comenzamos a caminar hasta el salón de la primera clase: Estadística.

Batalla De Las Bandas [Re-editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora