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‘Se hizo un libreto que se iba creyendo,
Mentiras que iba ofreciendo.
Hoy, solo me queda el lamento.’

•~•

—Toma esto— le acercó un vaso con agua y una tableta, sobre una bandeja.

—¿Qué es esto?— pregunto JiMin.

—Una pastilla anticonceptiva— dijo mientras acomodaba su corbata —quiero tener sexo contigo, no hijos.

Al escuchar esas palabras algo se rompió dentro de JiMin.

—No la tomaré— se cubrió con las sábanas y se giró.

—¡Tómala ahora!— grito.

—Lo haré— se levantó de inmediato y la tomo, no quería hacerlo enojar de nuevo.

—Me voy— tomo su maletín.

—¿Quieres que te haga del desayuno?— pregunto apunto de levantarse.

—No— respondió seco —mirate, no puedes ni levantarte, no puedes hacer nada— lo miro —prefiero desayunar en la oficina.

Salió de la habitación, para luego salir por completo del apartamento.

La casa se quedó en completo silencio y JiMin se recostó de nuevo sobre la cama.

—No iré a trabajar— se dijo a si mismo —no puedo ir así.

Se volvió a cubrir con las sábanas y fue entonces que se dió cuenta que aún estaba desnudo, se sentía sucio por las caricias de su esposo, se sentía mal por permitir que lo tratara así, pero se lo merecía, él lo provocaba, o al menos eso era lo que pensaba para justificar los actos de su marido.

Se levantó y con dificultad se dirigió al baño, se metió en la tina y abrió la regadera.

Vió en su cuerpo las marcas rojas y moradas y le dieron ganas de llorar, no sé contuvo y lo hizo, lloro hasta que sintió que sus lágrimas estaban a punto de terminar.

Se tallo el cuerpo con cuidado, pues no quería sentir más dolor, en ese momento solo quería dormir y nunca despertar.

Salió de la ducha y se puso ropa cómoda y holgada, después se seco el cabello, tomo su celular y bajo a la cocina y se sirvió un plato de cereal.

Camino a la sala, se sentó en el sofá y comenzó a ver televisión.

Se pasó horas viendo fijamente el televisor sin expresión alguna en su rostro, solo miraba la pantalla parpadeando de vez en cuando al sentir sus ojos llorosos.

Se sentía tan mal, triste y solo quería llorar.

De nuevo no se contuvo y lo hizo, tenía que desahogarse mientras YoonGi no estuviera, pues si lo veía llorar le gritaría de nuevo diciendole que le daría razones para llorar de verdad.

No lo iba a negar, amaba con locura a YoonGi pero le daba terror cada que lo veía llegar a casa, no sabía si el mayor llegaría de mal humor, buscando desquitarse con alguien, pocas eran las veces, en su primer mes de casados, que llegaba diciéndole cosas lindas, pues para JiMin lindo significaba que no le gritara, ni dijera groserías como solía hacerlo.

Se Portaba Mal •YoonMin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora