Ni creas que por esto te dejaré ganar. Advertencia: Ninguna Tipo: Cute 💖
Emma Diggory, es precisamente melliza del famoso Cedric Diggory, pero la verdad es que son muy distintos. Empezando porque ella es Ravenclaw. Emma es una gran aficionada del Quidditch e incluso forma parte del equipo de Quidditch de Ravenclaw, ella juega en la posición de guardiana, igual que Oliver Wood.
No es nada extraño que ambos sean muy competitivos, pero eso es sólo dentro del campo, porque fuera son inseparables.
Desde hace un tiempo Oliver y Emma se han estado coqueteando, pensando que nadie más lo nota, pero la realidad es que todos lo notan.
Dentro de dos días sería el partido Gryffindor-Ravenclaw, y todos estaban muy emocionados, obviamente entre esta fanatizada, estaban Wood y Diggory.
Durante su clase de pociones, Oliver y Emma no dejaban de mirarse, sonreírse, guiñarse el ojo y sonrojarse con el otro. ¿Había química? Yo diría que si, y no como materia de Hogwarts.
—Oye hermanita—le dijo Cedric a su castaña hermana—¿Sucede algo entre tú y Wood?—preguntó entre curioso y protector. —Bueno, somos amigos—respondió la hermana. —Pues eso no es lo que parece—dijo mientras alzaba una ceja—Sabes que puedes confiar en mi, ¿verdad? —Pues, la última vez que tuve un pretendiente lo dejaste calvo con un hechizo, así que creo que no—dijo entre risas Emma. —Es que no te merecía enana. —¿Y Wood si?—dijo un poco ansiosa la chica. —Un poco... no lo sé tendría que meditarlo—respondió en un tono muy serio como para estar bromeando. —Bueno, no sé precisamente si él siente algo por mi, pero yo creo que él... me gusta un poco—dijo mientras se sonrojaba. —Awww, mi hermanita me confesó que tiene un nuevo crush antes que a sus amigas—dijo tiernamente —Sabes que no tengo amigas Diggory...—contestó en tono sarcástico.-No hay más opciones para desahogarme—Ambos rieron y continuaron su camino a otra clase.
Al día siguiente, Emma tenía los nervios de punta, no quería perder, como siempre. Pero lo que menos quería era perder contra Oliver. Era sábado así que no tendría que levantarse temprano, pero lo hizo porque ya no podía dormir. Se levantó, bañó y cambió y avanzó hasta el Gran Comedor para desayunar. Como era de esperarse no había mucha gente, probablemente cargaban energía para el partido de mañana, aún si no serían ellos quienes jugarían.
En la mesa de Gryffindor se encontraban la muy famosa Hermione Granger, Ginny Weasley y otros chicos más cuyos nombres desconocía. Excepto por uno. En esa mesa estaba Oliver Wood. Emma se acercó a su amigo y se sentó a su lado, ambos platicaron de temas varios, entre los cuales no se encontraba el Quidditch, pues buscaban relajarse y no pensar en eso por un rato. Al terminar el desayuno ambos decidieron dar una vuelta por el jardín, caminaron y caminaron hasta llegar al lago negro.
—Es un día hermoso, ¿no crees?—dijo Wood —Si que lo es—respondió Emma y suspiró —Si, casi tan lindo como tú—continuó y alzó una ceja mientras sonreía traviesamente. —Pues muchas gracias—contestó Diggory mientras se sonrojaba—tú no te quedas atrás—dijo sin pensarlo. Oliver la miró y sonrió, y la castaña repitió este acto. Se miraron fijamente a los ojos y casi parecía que se besarían, pero entonces... —¿Te quieres sentar?—dijo Oliver algo nervioso. —Oh, emm... si—contestó Emma un poco decepcionada.
Al estar sentados Oliver pasó su brazo por el cuello de Emma y recargó su cabeza en la de la chica. El cuerpo de Diggory desprendía una vibra de tranquilidad y paz, y eso relajaba a Oliver.
—¿Vainilla?—dijo Oliver para acabar con el silencio. —¿Disculpa?—respondió Emma un poco extrañada. —Es tú esencia, ¿no? Vainilla—continuó el castaño. —Pues si. Sólo tú y mi hermano lo han notado... —Qué lástima, es un aroma delicioso para que sólo lo conozcamos dos personas, aparte de ti.
Emma rodeó a Oliver con los brazos envolviéndolo en un cálido abrazo, y tiernamente lo miró a los ojos. El chico la admiraba como si estuviera viendo una obra de arte, y así, le dio un lindo y tierno beso en la frente. Sus corazones latían muy rápido, pero parecía que estaban sincronizados.
—Ni creas que por esto te voy a dejar ganarme mañana eh, Diggory. —Ni yo a ti Wood... ni yo a ti...
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