Mi omega

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El embriagador aroma de mi omega al entrar en su celo, mientras mese su cadera contra la mía, frotando su necesitado pene contra el mío.

Gimiendo mi nombre, mientras ruega por mi marca.

Había soñado con hacerle esto desde la primera vez que lo vi, aunque fuese solo una vez y en menos de 24 horas, creo que no podría vivir sin Ethan nunca más.

-Karl...yo...ah...-

Tomé su miembro con suavidad, y mantuve sus manos quietas usando una barra de metal, que las mantendrían sobre su cabeza.

Verle tan vulnerable y tan dispuesto a aceptar mi amor.

Mi corazón latía fuertemente mientras sentía los latidos a través de tu miembro, todo ellos provocado por mi toque.

Con lentitud comencé a masturbarle, un movimiento suave y casi rozando su miembro de arriba abajo, mirando como las piernas de Ethan temblaban sin control, y su entrada comenzaba a humedecerse, ansiosa por mi toque.

Esta es la primera vez que veo algo tan maravilloso, jamás había podido estar con un omega, solo había podido leer algunas cosas en viejos libros.

Pero nada se comparaba a esto, sobre todo por el sentimiento de propiedad y amor que me embriagaba.

Todo en esto se sentía natural y sencillo.

Mi cuerpo estaba diseñado para darle placer a Ethan, y viceversa, con solo verlo me siento excitado y complacido.

Podría correrme de solo verle llegar a un orgasmo, sobre todo al saber que yo se lo provocaría, algo en esa sola idea me hacia sentir poderoso, mi alfa interno rugía por lograr mi cometido.

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No podía ver nada, y mi propio corazón latiendo me impedía escuchar nada, mis manos atadas y posicionadas sobre mi cabeza me hacían sentir expuesto y excitado.

Y lo peor de todo era la mano de Karl sobre mi pene, se sentía enorme y caliente, como si pudiera derretirme si seguía masturbándome.

Mi entrada estaba latiendo desesperada por que algo se introdujera en ella, creo que ni Mia me hizo sentir esto, estoy desesperado porque este alfa me tome y me reclame.

Y fue peor cuando uno de sus dedos acaricio mi entrada, creo que sentí lagrimas escapar de mis ojos, mi cuello ardió de inmediato y no podía pensar en otra cosa que la boca de Karl sobre mi cuello, mordiéndome y marcándome como suyo.

-tranquilo Ethan, debes ser paciente...-

-Karl...-

-shh...voy a cuidar bien de ti...solo relájate-

Karl se alejó un segundo, podía escucharlo caminar a mi alrededor, rebuscando en cajones de metal, podía escuchar el chirrido de los cajones al abrirse, y de algunas herramientas al caer.

Gire mi cabeza en su dirección, y le escuche reírse, luego escuche el sonido del metal al caer, y un cierre al abrirse, y mi imaginación voló como loca al pensar en Karl quitarse toda su ropa.

Su gabardina, sus pantalones, sus botas, hasta sus gafas, me moría de curiosidad por ver el color de sus ojos.

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