𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏: 𝟐𝟐 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐑𝐙𝐎

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Una noche me desperté, como todas las noches, a las 4:38 am, siempre eran iguales, el mismo sueño, las mismas molestias, y al abrir mis ojos podía sentir como un olor desconocido penetraba mi nariz. Pero esa noche, para ser más específicos, la madrugada del 22 de marzo, año 2019; sucedió algo diferente al resto de las anteriores noches.

Había despertado, pero no por el olor desconocido, o por las molestias en mi nuca, sino que oí gritos. Eran gritos de ayuda, de desesperación. Supuse que era alguien que estaba en peligro, pero los gritos venían desde dentro de mi casa. Entonces me levante y fui al piso de abajo, seguí el sonido de los gritos, se escuchaban mas fuertes cuando me acercaba al cuarto donde están las cosas del jardín.  

Cuando me acerco para abrir la puerta de el cuartito, los gritos cesaron. Mis manos comenzaron a temblar de miedo, pero igual me llene de valor y abrí el cuarto, sin saber que después de eso comenzaría mi tormento. Encendí la luz, no había nadie, entre a confirmar que este vacío y al instante que entre, la puerta se cerró de un fuerte golpe, intente abrirla pero fue inútil.

Luego de 7 minutos en completo silencio, se apago la luz y comenzó todo otra vez, el olor desconocido, la molestia en mi nuca, y los gritos de desesperación, solo que esta vez, podía oírlos al lado de mi oreja.

Tuve tanto terror y miedo que me desmayé. Al otro día me desperté dentro del cuartito, con la puerta abierta, y una manzana roja a la altura del picaporte. Fue algo curioso, mi padre amaba las manzanas, siempre decía:

"Las manzanas son una bendición y un regalo de la naturaleza"

Siempre estuve en desacuerdo, de hecho, todo lo contrario, creo que las manzanas son una maldición, porque gracias a ellas fuimos echados de Edén.

Me levante del piso, tome la manzana y comencé mi día normal, ignorando completamente lo que paso la noche anterior.

[...]

Fui al trabajo, soporte, como todos los días a mi compañero de escritorio, Lucas, un joven demasiado molesto y creído. Todos los días me habla de su perfecta vida, de su perfecta pareja, de su perfecta familia, de su perfecto auto y las mejores cosas que se va a comprar.

Después de aguantar a Lucas, de 9 a 14 hrs, para ser exactos; fui a almorzar, ahí también debo escuchar y tolerar a nuestra supervisora, Judi, una mujer que esta pronta a la menopausia. Toda su vida es triste, siempre le pasan cosas malas, solo ella tiene problemas, ella es el único ser humano en este planeta al que le va mal.

 Siempre me pregunte ¿Por qué me cuenta su vida?, ¿Acaso me importa? ¿Alguna vez le pregunte? No, simplemente un día comenzó a hablarme de la nada. Jamás me pregunto nada de mi vida, o sobre como me siento. Solo se importa ella misma y su infeliz vida.

Después de terminar de escuchar, aguantar, tolerar, sobrellevar, contenerme, resistir - y no se que otros sinónimos- a mi dulce Judi, me fui a mi casa. Llegue como a las 16 horas, ya no tenia que ir al otro trabajo.

 Al entrar a mi casa comencé a recordar lo de la noche anterior y comencé a asustarme, así que para distraerme me vi mi película favorita: Gladiador, un éxito. Cuando termino la película me dormí, ya que estaba muy cansado.

Al despertar ya era de noche, eran las 0:00 am, jamás había dormido tanto. Todo estaba oscuro, en silencio, mis manos comenzaban a sudar, podía sentir como unos escalofríos recorrían todo mi cuerpo y sentía que que se me iba el aire. Con mucho temor me levante del sillón y fui a mi cuarto. Al acostarme todo comenzó de vuelta, empecé a soñar: Estoy en una habitación, todo esta en blanco, y me veo a mi junto a mi padre, son recuerdos, tormentos de mi pasado, aunque no arrepiento de lo que hice, creo que era lo necesario para poder salvarme de mi padre.

Ya era costumbre soñar con esos momentos de mi vida, solo que esta vez, como la anterior noche, me desperté con gritos, tirado en el suelo del cuartito de las cosas del jardín, nunca se como llego ahí, pero todas las noches, desde el 22 de marzo, me acuesto en mi cama y me despierto a las 4:38 am en el suelo del cuartito, con gritos, tormentosos gritos , de dolor, de angustia y una manzana, una maldita manzana roja.

Ya casi va a pasar un año de esta rutina nocturna, y la verdad es que ya no me da miedo. Los gritos se volvieron silenciosos en mi mente, luego de tanto tiempo, el suelo se sentía bien, el aroma desconocido ya se me hizo conocido y la molestia en mi nuca se volvió insignificante. Quizás soy sonámbulo, quizás todo es un sueño, tal vez se me va la memoria o quizás tengo una mente muy engañosa, no lo sé, solo se que ya me da igual.


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Es mi primera vez escribiendo una historia , se que seguro tiene errores , así que no me molesta opiniones :)

Espero que les guste 🍃❣️







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⏰ Última actualización: Nov 26, 2021 ⏰

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