Rosas Blancas

888 46 1
                                    

Zayn Malik

He pasado año y medio jurando que acabaría con ella, sin embargo, cada vez que la tenía frente a mi la idea perdía el sentido que yo tanto le intentaba poner. Ella debería haberse dado cuenta cuando le dije a que me dedicaba, debió pensar bien en las consecuencias que tendría si hacía algo en mi contra.

Mi padre es Narcotráficante y desde muy joven se usar bien un arma, desde joven alguien me enseño que jamás debo permitir que nadie pase por encima de mi, que debo ser inflexible con cualquiera que me joda o engañe... Nunca me ha fallado el pulso, jamás. Sin embargo, siempre creí que no sería capaz de acabar con su vida, por mucho que la jodiese diciendo que lo haría.

Nunca antes me había enamorado, jamás sentí por ninguna lo que sentí tan solo con verla a ella. Desde el primer momento supe que ella era la elegida para estar a mi lado, y como siempre hago, la tome sin tan siquiera pensar en que ella no lo quería de este modo. Juraría que en más de una ocasión detecte sentimientos que ella trataba de oculta a toda costa, y eso fue lo que me incito a ponerla en espada y pared después de haberla dejado libre una jodida semana.

Nunca pensé que ella entraría en la lista de los que alguna vez me traicionaron, me engañaron o de algún modo me hirieron. Pero ella supero las espectativas y encabezo la lista, siendo la que más daño me hizo cuando la vi en revistas y todo tipo de medios junto a ese tal famoso llamado Justin Bieber. Cuando supe que ella estaba viva, la rabia me consumió... Llevaba dos años perdido, dos años pensando en que la había sido el culpable de que ella provocase un incendio en el que perdió la vida, recuerdo que rompí la puerta de su cuarto pero el vecino se adelanto y entro, aproveche para llamar a emergencias aunque estaba seguro de que alguien habría llamado ya.

Fui a su funeral, asistí desde las sombras porque no quería que nadie me viese, ya que no estaba seguro de que Gianina hubiese mantenido su boca cerrada, no podía estar seguro de que ella no me hubiese delatado ante alguien más.

Le jure que me quedaría con su último latido, incluso con su último suspiro... Pero lo que ella no sabía es que yo sería incapaz de matarla, a pesar de haber sido la persona que más daño me ha hecho, no podía, con ella no podía actuar como lo haría con cualquier otra persona.

Le había hecho el amor, me había sido imposible mantener la palabra de follarla como a una más, sencillamente me había dejado llevar por su piel suave, su olor dulce, sus gemidos inocentes... Creí que tal vez, podría encontrar la manera de hechar todo atrás y darle mi perdón, pero entonces me di cuenta de que yo no puedo perdonar a nadie, no se dar un perdón y no podía ablandarme por una mujer. La trate como si fuese una perra del montón y lo que no me espere fue esa reacción que tuvo, jamás pensé que sus palabras me volviesen tan loco como para coger el arma y apuntarle directo al corazón... Pensé que así se callaría y se marcharía, pero una vez más supuse mal. La vi caminar lentamente, observe como se situaba a centimetros del arma y entonces empezo a soltar una sarta de jodidas verdades que me hicieron apretar el gatillo sin antes plantearme lo que eso significaba.

Observe como ella se llevaba una mano a la herida de bala, su cuerpo no resistía por mucho más... Seguí observando como a duras penas alzaba un poco su mano y observaba su propia sangre, sus ojos se enrojecieron y dejo escapar algunas lágrimas mientras sus rodillas se doblaban y caía al suelo, todo su cuerpo se relajo y cayo por completo al suelo. Me tire al suelo y puse msi manos sobre su herida para evitar que siguiese saliendo sangre, saque mi telefono y llame a emergencias.

- Me juraste el perdón... - susurro con dificultad, no pudo decir nada más... Sus ojos se cerraban y un grueso hilo de sangre salió de su boca entreabierta.

- Te perdono. - susurre mientras luchaba conmigo mismo por no llorar. Escuche las sirenas a lo lejos y supe que tenía que huír, corrí hacia la puerta y me perdí en una carrera sin destino, al menos deje la puerta abierta para facilitar el acceso a los médicos... o forenses.

Nadie que haya conocido a sobrevivido a un disparo en el pecho. 

Nunca me ha dolido tanto apretar un gatillo... He matado a la única mujer a la que he amado, y de mis labios jamás salió decirle lo preciosa que estaba con ese cambio que se ha hecho aunque no he parado de pensarlo. De mi boca ha salido un «Estoy enamorado» pero me ha callado el «Te amo».

Y ahora, ahora es tarde para todo.

He cumplido con lo que tanto me he prometido a mi mismo, lo he cumplido y ahora me toca vivir con las consecuencias, porque sin duda alguna, está es la primera vez que mato a alguien de importante significado para mi.

Solo mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora