Confía en mí |ReigenxMob|

Capitulo único

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Reigen Arataka no era un buen hombre. De hecho, podría ser considerado uno de los peores hombres por definición estándar. A Reigen le encantaba mentir, le encantaba engañar, le encantaba vivir la vida de la manera que quería, libre y desenfrenada. Sobre todo, Reigen Arataka amaba a los niños pequeños, los amaba de la peor manera. Sin embargo, tenía gustos muy específicos y le había gustado en particular un niño llamado Shigeo, aunque más a menudo se le llama Mob. Reigen conoció a Mob un día cuando el niño entró a su oficina en busca de ayuda, claramente sin ser consciente de la verdadera naturaleza de su oficina o del trabajo que se hacía aquí. Quizás fue el destino, o algo más, en lo que Reigen realmente no creía lo que llevó a Mob hacia él. Reigen era un estafador, un engañador, un criminal que se pasaba el tiempo rezando por gente ingenua y fácilmente manipulable. Mob era una de esas personas simplemente más pequeño que el tipo habitual que entraba en su oficina. Por lo general, eran adolescentes mayores que buscaban huir con sus novios o novias, en busca de un escape, en busca de algo. Lo que encontraron en la oficina de Reigen fue todo lo contrario.

Reigen trabajó con un hombre que se hacía llamar Dimple, un apodo debido al hecho de que siempre estaba sonriendo, una sonrisa espeluznante y amplia que incluso desanimaba a Reigen a veces. Hoyuelo era un hombre alto y fuerte, y probablemente había trabajado como guardaespaldas o algo similar en algún momento, Reigen no preguntó. Dimple y Reigen no necesariamente se llevaban bien, pero de alguna manera trabajaban bien juntos. Hoyuelo soñaba con convertir su pequeña operación en algo más grande, algo que lo llevara a la cima del mundo criminal, algo que le valiera elogios y la adoración. Esencialmente, el socio de Reigen quería convertirse en un líder de culto, pero Reigen estaba bastante contento con lo que hicieron: vender adolescentes como esclavos, principalmente tráfico sexual. Reigen manejaba a los clientes, hablaba dulcemente con los niños y Dimple hacía el trabajo de piernas, era un arreglo que los favorecía a ambos.

Mob, un joven estudiante de primaria de once años, hablaba tan suavemente, tan nerviosamente, pidiendo ayuda, que alguien escuchara sus luchas, y Reigen felizmente lo hizo, ansioso por obtener información que lo llevara a hacer suyo al niño. Envió a Mob en su camino ese día, diciéndole que viniera en cualquier momento. Aparentemente Mob fue intimidado, no pudo hacer amigos, estaba solo y no tenía a nadie con quien hablar, estaba desesperado. Reigen podría ayudar. Reigen vio al niño casi todos los días durante más de un año, asegurándose de no decirle a nadie que vendría a verlo.

Mob llegó en su cumpleaños número 12, con los ojos llenos de emoción por finalmente poder pasar el rato con un amigo en su cumpleaños. No había mencionado su cumpleaños de antemano, pero Reigen lo sabía, por supuesto, aunque fingió lo contrario.

"Lo siento Mob, no tenía nada preparado, lo habría hecho si hubiera sabido que era tu cumpleaños, deberías haber dicho algo ..." Se ve decepcionado por un momento antes de lucir como si tuviera una idea, "espera Mob, Tengo algo perfecto para ti ”, dice Reigen y corre hacia donde guardaba el regalo de Mob, una caja de caramelos de leche muy elegante.

El rostro de Mob se iluminó como nada que Reigen hubiera visto antes, sospecha que nadie le ha dado un regalo antes, aparte de su familia, tal vez ni siquiera ellos. "Muchas gracias, estos se ven tan bien, recuerdas que me encanta la leche". Mob sonríe mientras habla y es lo más lindo que Reigen haya presenciado. Ese chico sería suyo. Necesitaba ser suyo.

"También te llevaré a buscar algo de comida, ya que me hubiera gustado ofrecerte algo aún mejor, supongo que tendrás que esperar hasta el año que viene". Reigen se ríe y le da una palmada en la cabeza al niño, alborotando un poco su cabello. "Vamos, te conseguiré lo que quieras, siempre que no sea demasiado caro". Reigen hace un gesto para que Mob lo siga.