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Aclaraciones:

Jimin: Rubio 19 años

Jungkook: Castaño 23 años

La pastelería que frecuenta es cálida y acogedora, todas las tardes luego de un largo día de trabajo, llega al lugar que lo hace despejar de sus problemas y liberar su estrés diario. Es bastante silencioso y tranquilo (por ello le gusta), además de que el lugar es lo suficientemente agradable y cómodo.

Todos los días visita el local.

Sin falta.

De todos modos al llegar a casa esta se encuentra sola, sin nadie que espere su llegada, no le molesta, pero prefiere pasar primero por aqui.

Poca gente frecuenta el sitio, el motivo es que esta un poco apartado de las calles principales, y... en verdad es una lástima, aquella pareja de ancianos son los mejores pasteleros que Jeon a conocido, los dulces y manjares que ofrecen son tan deliciosos, suaves y únicos, con un aroma increíble. Seguro que hasta el que odie lo dulce y pruebe alguno de ellos, lo amará y se volvera adicto. Jeon un ejemplo.

El castaño como de costumbre entró por la puerta de vidrio principal, provocando el sonido de la campanilla que anunciaba un nuevo cliente.

Hoy también era un día tranquilo en la pastelería, tan solo habían cuatro personas aparte de los dueños en el lugar, una pareja de universitarios cachondos muy al fondo comiendose la boca, un hombre hablando por teléfono disfrutando de su café y un joven pequeño que se abrazaba a sí mismo, intentando dispersar calor a su delgado cuerpo, pues al parecer el suéter de delgada tela rosa que llevaba no lo cubría lo suficiente.

Camino dispuesto a sentarse en su mesa habitual, aquella situada en el lugar perfecto donde podia ver a través de los ventanales, el muy cuidado jardín de los ancianos, repleto de flores muy hermosas de distintas formas y colores mientras disfutaba de su orden, pero se detuvo abruptamente al darse cuenta, muy tarde, que ya estaba siendo ocupado por el pequeño chico de cabello rubio, no hiba a quedar ahí parado como un tonto por lo que rápidamente se recompuso y ocupó una mesa atrás de la suya.

Yije llegó hacia él con una sonrisa mientras le preguntaba que ordenaría, bueno siempre lo hacia, aunque sabía que el castaño pediría lo mismo, un vaso de leche de banana y un trozo de pastel de chocolate. Pero bueno de todos modos siempre estaba dispuesta a preguntar nuevamente.

Cuando confirmó el pedido, la anciana se retiro para traer su orden, mientras tanto, Jungkook soltó un suspiro y cerró sus ojos, intentando relajarse hasta que la anciana volviera.
Este fue un día muy agitado para el castaño, asistió a muchas reuniones y conferencias con socios y miembros de su empresa, además tuvo abundantes pilas de papel que revisar. Todo eso lo dejó con un dolor en su cabeza, además de músculos tensados.

Cuando abrió sus ojos no fue precisamente para tomar su orden, si no más bien por un pequeño ruido que llamó su atención, ruido que fue provocado por el rubiecito de enfrente al chocar su cabeza con el ventanal, supuso que se estaba quedando dormido pues rápidamente se recompuso y miro a todas partes con cierto miedo, haciendo reverencias a la nada.

-Aqui tienes joven Jungkook, disfrútalo, el pastel esta más delicioso de lo habitual, hemos traído el chocolate directo de donde lo cosechan!- Dijo moviendo las manos en el aire con emoción.

-Gracias Yije-

Después de recibir una reverencia y una pequeña sonrisa, la anciana se marchó feliz, amaba ver a sus clientes disfrutando de sus postres.

Hizo el primer bocado, cerrando los ojos por un momento, disfrutando como el pastel se desacía en su boca y como los sabores explotában en su lengua.
Yije no se equivoco al decir que estaría más delicioso. Masticó otro bocado al instante y luego otro.
De pronto, al sentirse observado, alzó su cabeza, solo para mirar como aquel chico rubio se daba la vuelta en un movimiento rápido.

Mientras seguía degustando la orden, pensó en preguntarle que ocurría, lo habia estado observando por un tiempo, tiempo suficiente en el que se fijó que vestía unos pantalones negros, unos zapatos deportivos blancos muy degastados y un poco sucios, un gorrito rosa con orejas de gato, y ese suéter igual rosa causante de que este estuviera tiritando del frío. Miraba desde atrás como el pequeño tenía su cabeza agachada y sus hombros delgados decaídos.

Otra cosa que también notó es ya habían pasado más de 15 minutos y este no ordenaba o se disponía a marcharse, ¿acaso esperaba a alguien?, supuso que talvéz a su novia o madre, pues de vez en cuando, miraba por detrás como este alzaba su cabecita para observar por los cristales, pero nuevamente la bajaba con cierta tristeza que el castaño pudo sentir.

Después de terminar su pastel y bebida, se levantó y fue a pagar en caja, aprovechó para ordenar unas pequeñas cosas y una vez que terminó todo, se dispuso a salir del local, pero antes echó un vistazo a las mesas, encontrándose con estas vacias.

Al parecer el pequeño rubio ya se había marchado.

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No se si alguien lea esto, pero mi mente insistia en publicar esta pequeña idea.

26- 11- 2021

Resubido: 10- 01- 2023

_El Rubio de la Pastelería_ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora