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Lumine

25 de septiembre.

No sabía si mi cara se había puesto roja como tal tomate, no tenía un espejo para mirarme, ya había hecho lo suficiente el ridículo, este día no iba a mi favor, solo esperaba que no se diera cuenta que estaba posiblemente siendo perseguida por un chico que me robó mi manga edición limitada, o directamente se enterara que leo ese tipo de cosas. 

¿Pero que estoy diciendo? Lumine reacciona, ya no te tiene que pensar lo que él piense de ti, ya cuándo el reloj de las 12 de la noche tu futuro será decidido. 

Me dije a mi misma, pero teniéndolo cerca me daban ganas de romper las reglas. 

—¿Te golpeaste la cabeza con algo? ¿estás bien?—Tartaglia me sacó de esos pensamientos, inmediatamente me separé, necesitaba un respiro.

—¡Estoy bien! solo iba con prisa, no tomé en cuenta que me podía tropezar—solté una risita nerviosa, me sentía tan idiota, ese chico me hacía sentir una hormiga en días de lluvia. 

—A veces no es bueno hacer las cosas con prisa, nunca sabrás las cosas maravillosas que hay en tu alrededor—Me dedicó una cálida de sonrisa, juraría que iba a morir de amor en esos momentos. 

Ya basta Lumine.

—A veces tiendo a pensar lo mismo, después de todo nuestro destino después de los 18 está escrito—me di cuenta de lo que dije, ¿en que momento comencé a decir cosas como mi hermano? me fijé en su mirada, había cambiado radicalmente, era una triste—¡Ay! comencé a decir cosas raras, jeje, lo siento...

—No te preocupes, es algo que sabemos desde pequeños, solo que cuándo eres niño no les das tanta importancia a esas cosas—iba a responder, pero mi estomago comenzó  a rugir, ¡por qué tenía que ser tan inoportuna—Veo que tienes hambre, aunque es obvio, ya pronto entra la hora de cenar, de casualidad también quiero comer algo, ¿me acompañas?—mis ojos se iluminaron, pero recordé que en el estuche que le arrojé a ese chico estaba algo de mi dinero, estaba en banca rota.

—Me encantaría, pero estoy sin dinero, será para otra ocasión—por dentro me quería morir o que me tragara la tierra y me escupiera en Inazuma, la ciudad de al lado, de seguro me moría con un relámpago, ¡es que allí llueve mucho en invierno!

—Descuida, te estoy invitando a comer, oí que hay un restaurant muy bueno cerca de aquí, quiero probar si lo que dicen es verdad, así que vamos—Tartaglia me hizo un ademán para que lo siguiera, yo claramente cedí. 

En el restaurante

—¡Cómo es que este Chop Suey es tan bueno!—nunca imaginé que Tartaglia se comportaba como un niño, tuve que enseñarle a comer con palillos porque casi se embarraba la ropa, me contó que en su casa siempre comían con cubiertos occidentales, me pareció extraño, la mayoría sabe manejar los palillos, ¿acaso en su familia esa costumbre no la manejaban?

—¿En serio nunca te detuviste a probar los platillos de Liyue? son demasiado buenos, la primera vez que los probé quedé encantada, últimamente mucha gente viene a Liyue por los estudios y trabajo,  pero detenerse a probar estas maravillas nunca esta demás.

—Y dime Lumine, ¿de dónde eres? tu hermano y tú tampoco parecen ser de por aquí—me sorprendí como es que sabía mi nombre, ahora que me doy cuenta nunca mencionamos nuestros nombres en todo lo que llevamos juntos, deduje que posiblemente haya dicho algo de que soy su hermana.

amor y mentiras | xiaolumiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora