Te miro a lo lejos,
pero no volteas.
Te vas alejando,
y no regresas.
Siento un vacío,
uno inexplicable,
pero no te llamo.
La descición ya está tomada.
Me doy la vuelta
y emprendo la marcha.
Camino y camino,
no me detengo,
no puedo.
Porque aunque quiera,
sé que ya estás lejos.
Recuerdo esos momentos
en los cuales me tomabas de la mano.
Esa calidez que sentía
dentro de tus brazos.
Pero nada,
no hay nada,
sólo vacío.
Un giro inesperado
corro por donde estás
pero ya no te veo,
sólo logro distinguir
una huella en la arena.
Porque eso eres y serás,
sólo una huella en la arena.