Little big problems

473 42 289
                                    

      Dejé caer mi cabeza sobre el escritorio, estresada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

      Dejé caer mi cabeza sobre el escritorio, estresada. Quedaban papeles que firmar aún y bastantes.

¿Cómo es que Gaara podía estar todo el día firmándolos?

En fin, no debería estar quejándome, sino terminando con ésto. Después de todo, Gaara tuvo que partir a Konoha y yo estoy a cargo. Es algo curioso que no me haya llevado y a Kankuro sí.

Bueno, creo que si dejaba a cargo a Kankuro por más de cinco minutos la aldea se hubiera vuelto un caos total, por lo tanto, es razonable que me haya dejado en el puesto. Aún así, para estas cosas está Baki...

Sí, definitivamente es raro.

Mejor dejo de pensar en eso y acabo con los papeles para poder encargarme de lo que es realmente importante.

Continué leyendo y leyendo durante un rato más hasta que oí que tocaban la puerta. Lancé el clásico "pase" y vi a mis hermanos aparecer detrás de la puerta. Una sonrisa tenue se dibujó en mi rostro, ellos sonrieron también al verme.

—Ya estamos en casa.— dijo Kankuro.

—Claro, genio, ni que no se hubiera dado cuenta.— habló Gaara en un tono sarcástico.

—Bueno, dejen esas minipeleas para luego y cuéntenme qué ocurrió.— intervine dejando de lado los papeles para acercarme a mis hermanos.

—Todo estuvo bien.

—¿En serio me dirás solamente "bien"?— pregunté arqueando una ceja, Kankuro era muy poco específico a veces y eso era un tema que habíamos tratado ya varias veces.

—A lo que Kankuro se refiere con "bien" en realidad es... Bueno, una sorpresa no muy buena.— explicó Gaara. Los miré extrañada, ¿Ahora qué habían hecho?

—¿Qué hicieron?

—Bueno, eso... Tráelo Kankuro.

—De inmediato.— Kankuro hizo un saludo militar y asomó su cabeza por fuera la puerta. — ¡Narita!— gritó.

¿Qué diablos? Nara es el apellido de Shikamaru, pero, ¿Por qué le agregó ese "ita" del final?

—Ya te pedí que no me llamaras así, Kankuro-san. — un pequeño niño de no más de seis años se asomó por detrás de la puerta. — Soy un niño grande para que me digas eso.

El pequeño acabó de entrar en la oficina, cruzado de brazos. Me impacté al darme cuenta de quién se trataba. Ojos marrones, tez tostada, cabello azabache recogido en una coleta y el símbolo del clan Nara en su camiseta.

Así es, era Shikamaru Nara.

¿Y cómo diablos se había convertido en un niño de seis años? No lo sé, pero de seguro Kankuro está involucrado.

—Yo te diré como se me cante la gana, niño.— Kankuro se agachó a la altura del mini Shikamaru el cual lo miró desafiante y le pegó una cachetada con sus pequeñas manitos.

Little big problems || ShikaTema ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora