La Misión

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  Había cosas peores que la muerte, o por lo menos eso creyó en el momento en el que se dio cuenta de que de verdad le estaba pasando. Había salido en una misión con otros cazadores, no se acordaba quienes eran pero fueron varios, hasta el mismísimo Zenitsu había llegado a aquel pueblo para ayudar con los demonios que acechaban la región, él y esos extraños amigos que lo acompañaban, muy extraño todo a criterio de Kaigaku, pero nada más extraño de lo que ocurrió cuando se toparon cara a cara con aquel demonio que supuestamente antes de devorar a sus víctimas experimentaba con sus emociones de una forma en particular.

Ese día había comenzado ya bastante mal, había tenido una pesadilla descabellada a mas no poder, se había imaginado el en la casa de su maestro tomando té de forma pacífica con el mayor hasta que veía como la casa poco a poco se iba llenando de gases negros, él no se podía mover y por más que su consciencia estuviera pendiente de todo su cuerpo no respondía como quería, es más se encontraba tomando té de la misma forma con el otro hombre como si nada malo pasase a su alrededor; luego todo era peor se despertaba vestido de un traje blanco hasta el piso, estaba parado frente a una gran puerta no sabía que pasaba ahí y porqué él estaba vestido de esa forma, pero luego se dio cuenta de que se estaba casando y él era la "novia" y se estaba casando nada más y menos que con Zenitsu, quería gritar y hasta llorar pero lo único que logro fue ver estupefacto como daba el sí, comía con su maestro y los amigos de Zenitsu festejando su unión, para culminar con lo que nunca creyó ver pero le daba curiosidad por saber cómo es que seguía, al final se vio recostado sobre el futón mientras el rubio lo miraba con una mirada llena de lujuria y lo besaba de la misma forma, sintió como el otro comenzaba a desvestirlo de a poco y en el siguiente beso se despertó, estupefacto, asombrado de una forma espeluznante y pese a que no lo quería admitir un poco excitado.

De haber sabido que algo así le pasaría de verdad, aunque no tan directo, no habría asistido a aquella maldita misión, pues resulta que aquel demonio era uno de clase degenerado, y bastante ya que podía cambiarle el género a quien aspirase un gas venenoso que emanaba, por fortuna este era una técnica que solo podía utilizarlo unas pocas veces y sus víctimas tenían que estar inmovilizadas para que el cambio de genero sea completo. Había estado evitando al rubio que desde que se dio cuenta de su presencia se había pegado al mayor como una garrapata, quería que la tierra lo tragase y sus amigos no hacían nada más que reírse de ellos y esperar a que les comunicaran la relación que los unía, el tipo raro a criterio de Kaigaku el que tenía cabeza de jabalí no podía pronunciar bien su nombre ni aunque lo torturaran y por otro lado el de cabellos burdeos era amable hasta el asco, emitía un aura tan pura y amigable que Kaigaku podía sentir como brillaba con luz propia, no quería estar mucho tiempo con ninguno menos con Zenitsu que se la pasaba hablándole junto a los otros dos como si este le estuviese prestando atención, eso fue un momento tranquilo comparado a lo que se vivió después.

Había un encargado que vigilaba que la misión se realizara bien, aparentemente ya tenía datos del demonio que iban a enfrentar por lo que los dividió en diferentes grupos y por fortuna el había asignado a una dirección contraria a Zenitsu y sus amigos, se encontraban a las afueras de un pueblo donde se suponía que aquel ser debía de permanecer oculto durante el día, vio varias casas abandonadas y otras en mal estado o peor que eso, se dio cuenta de que era una zona que ya no era habitable pero también las otras más alejadas en las que tomaron notas de las personas que presenciaron al demonio eran muy humildes, así que a veces era difícil saber si en esa casa podría estar escondido un demonio o simplemente los habitantes eran muy pobres para arreglarla para que se vea mejor. Él iba caminando con dos cazadores más hasta que un grito rompió la calma de la noche haciendo que fuesen corriendo a donde creyeron oír aquel grito, Kaigaku fue el primero en entrar a la casa y correr hasta donde pudo sentir una presencia extraña pero lo único que hayo fueron los cuerpos de unos cazadores que había visto al principio de la reunión, un escalofrió recorrió su cuerpo al pensar que Zenitsu fuese su próxima víctima, se sacudió la cabeza tratando de no pesar en aquello hasta que se dio cuenta de que estaba solo en esa habitación, volvió por sobre sus pasos para encontrar a sus dos acompañantes pero no los encontró, solo vio un charco de sangra en la entrada de la casa y antes de hacer algo la puerta se cerró dejándolo en la completa oscuridad donde fue envuelto en una extraña neblina.

Play With my Pu$$y, but Don't Play With my EmotionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora