Antes que nada este one-shot tiene una pequeña playlist -algo variada-, para los que deseen escucharla estaré dejando el link de la playlist en un comentario o de lo contrario en mi tablero.
Ahora sí, disfruten.
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Estaba cansado. Sentía que en cualquier momento su cabeza estallaría. Solo quería dormir, dormir para nunca más ser despertado. ¿Acaso esa es la única manera de poder descansar? Quiere escapar pero no tiene a donde. Quiere salir del pozo en el que poco a poco se ha ido hundiendo más y más. ¿Desde cuando respirar se volvió tan tedioso? Se siente un idiota, un egoísta por pensar en él mismo por primera vez. ¿Qué pasará con las mil y un promesas que le hizo a sus amigos, que le hizo a sus hermanos, que le hizo a su pareja? Solo quiere que lo perdonen, que entiendan que él por primera vez se puso primero, que solo quería el descanso eterno.
[...]
Las hojas cayendo poco a poco, aquellas poseyendo un color variado del anaranjado hasta el amarillo. Otoño, finales de ésta estación. Ver al resto corriendo por los parques y jugando con las hojas caídas. Las risas predominando el sonido de la ciudad, la tenue luz del sol dando en su rostro que se mantenía neutro a lo que pasaba a su alrededor, sus oídos solo captaban un sonido, una voz en particular. Una risa que siempre produjo mariposas en su interior, esa risa perteneciente al ser que tanto ama, valora y respeta. Y él no puede evitar pensar de lo afortunado que es por tener a aquella persona perteneciente de esa melodiosa risa. Sentir la calidez en su interior cuando solo están ellos, pensar qué sería de él sin ese ser. Probablemente estaría bajo tierra. Sonríe por los recuerdos que invaden su cabeza. Abre los ojos al ya no sentir los rayos solares en su rostro, y puede jurar que nunca se cansará de ese sonido, de la risa de su chico. Observa al contrario sin dejar su posición, recostado en el pasto. El mayor solo le sonríe y desvía la mirada sonrojado. Pronto un puñado de hojas son lanzadas en dirección de ambos muchachos y el mayor voltea a ver al sujeto que haya tirado éstas. Él simplemente se dedica a cerrar sus ojos nuevamente mientras siente que su pareja se retira al recibir los rayos solares de nuevo. Suspira y solo sigue escuchando lo de su alrededor, escuchando los reclamos del mejor amigo del mayor y éste gritando y riendo mientras le lanza un montón de hojas al rostro.
Sí, puede que el otoño no sea tan malo.
[...]
Soltó un suspiro, es lo único que ha estado haciendo desde que llegó a casa. Sus hermanos no están en casa, al ser todos ya unos adultos decidieron dejar el lugar que hacen llamar hogar y ser independientes, dejándolo solo en esa fría casa con sus padres en el proceso. Tampoco se queja, está seguro que él hubiera hecho lo mismo de haber estado en su lugar. Vivir con sus padres es todo un martirio. Con ellos gritando por todas partes, su madre metiéndole ideas a la cabeza y repitiendo que es un inútil bueno para nada y después se comporte como si nada hubiera pasado y es la mejor madre del mundo. Sus cambios de humor se volvieron rutina, al igual que los gritos. Su padre, a diferencia de su madre, se había vuelto una persona más calmada, en verdad había cambiado para bien como prometió. Pero con lo mismo el trabajo aumentó, haciendo que pase la mayor parte del tiempo fuera de casa. No sabe desde cuando prefirió la presencia de su padre a la de su madre.
