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──Toma, una flor.

La voz apenas audible de Tom llegó a los oídos del mayor, quien volteó con curiosidad para quedar frente al opuesto.

Una expresión entre confusión y sorpresa no tardó en aparecer en el rostro de Tord, suplantando aquella expresión neutra y curiosa que había tenido hace unos instantes.

¿Qué...?

El ojinegro no lo miraba ni articulaba palabra alguna. Estaba quieto en su lugar, limitándose a extender su mano izquierda mientras sujetaba una rosa azul entre sus dedos.

¿Una rosa azul?, ¿de dónde la había sacado...?

Más importante, ¿qué era lo que le pasaba para hacer tal cosa?, ¿es que acaso se había perdido de algo anteriormente?, ¿había pasado algo mientras estaba fumando sin verlo?, ¿o es que sólo estaba intentando gastarle una broma?

Era tal la impresión que causó en Tord esa situación que pronto tuvo miles de preguntas llenando su mente, yendo y viniendo por doquier, descolocándole de tal forma que no podía centrarse solo en una.

──Eh... ──carraspeó suavemente. ──¿Qué intentas hacer esta vez?

Una actitud cautelosa pareció florecer en él mientras le miraba de reojo. De vez en cuando, el par solía bromear con todo tipo de cosas, ya fuesen bromas verbales o acciones; pequeñas o grandes, así que, por eso, no podía descartar la idea de que aquello tuviera que ser una broma y que pronto los llevaría a una especie de competencia.

El silencio se expandió entre ambos. Una risa levemente nerviosa escapó de los rotos labios del noruego, al mismo tiempo que quitaba el cigarrillo de entre ellos y lo hacía a un lado.

──Creí que ya estábamos a mano, aunque esto es muy obvio, no pienses que voy a caer en tus juegos ahora. ──negó con la cabeza, resoplando y volviendo a acercar el cigarrillo para darle otra calada.

──Piensas que estoy bromeando. ──la corta respuesta, tardía pero segura, que Tom había articulado borró inmediatamente cualquier rastro de risas y sonrisas de las comisuras de Tord. ──¿La vas a aceptar?

──Tom, no te estoy entendiendo. ──musitó el noruego. Un leve silencio se hizo presente nuevamente en el lugar durante un instante, como si el tiempo y el sonido se hubiera congelado entre ellos.

Los vacíos ojos negros de su compañero no tardaron en dar con los suyos. No había expresión alguna, ni una sonrisa, ni un enfado, ni una lágrima; pero extrañamente parecía desesperado y a la vez ansioso porque Tord cogiera la flor que sostenía.

Y así, pasados unos segundos, este último pudo notar la verdadera situación en la que se encontraban.

Tom no estaba intentando bromear con él. No estaba intentando ser amable, ni imbécil, ni mucho menos violento.

Él se le estaba declarando.

Su corazón pareció dar un vuelco al unir todo eso en su cabeza. Dejó caer el cigarrillo, pisoteándolo y dedicándole una leve pero temblorosa sonrisa.

──Vaya. ──apenas abrió la boca, fue interrumpido por quien tenía a su lado, cuyo semblante esta vez había cambiado a uno de seriedad y completa vergüenza.

──Sólo... toma la maldita flor.

(...)

Y así lo hizo.

Segundos más tarde, Tord cogía entre sus fríos dedos el tallo de la rosa que su acompañante le estaba ofreciendo.

“La rosa azul era usada por los poetas del romanticismo para expresar un ideal de amor inalcanzable o un amor imposible. Por esa razón, regalar una rosa azul significa un amor pasional e imposible hacia la persona a quien la obsequies...”

Ninguno parecía sentirse cómodo con mirarse o siquiera decirse algo; y esto no era porque fuera un momento desagradable, sino por la emoción y vergüenza oculta dentro de ellos que acarreaba el hecho de que los sentimientos de ambos habían sido correspondidos por el otro.

♡˖ 💭

❛ blue. ٬٬ ❪❪ tomtord. ❱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora