Capítulo 3

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Luego de un día bastante incómodo para Izuku al enterarse que había perdido su virginidad con el que era su profesor, por fin se podía retirar a su casa.

Shoto había tenido algo que hacer por lo que iba a ir solo, iba pensando en que comería ese día hasta que alguien lo agarró del hombro, el pecoso levantó la mirada y se encontró con unos ojos de color negro y con ojeras muy marcadas.

-Ai-zawa sensei - dijo el pecoso poniendo rojo ya que las imágenes de lo que habían hecho llegaban a su mente.

-Te estuve llamando y no me contestabas - dijo el mayor.

-L-lo siento, iba distraído- dijo nervioso.

-No importaba- dijo soltandolo ya que no había quitado su mano del hombro del chico- ¿Qué harás ahora? - le preguntó.

-Iré a mi casa - respondió rápidamente el chico.

-Bien vamos, yo te llevaré- dijo el mayor caminado- ahora- ordenó autoritario, al escuchar esa voz masculina y demandante el cuerpo de Izuku se estremeció y sus pies se movieron al instante para seguir al pelinegro.

Fueron hasta el coche del Aizawa, el mayor le abrió la puerta del copiloto al chico para que subiera, Izuku entre al auto aún con nervioso, el mayor también entró y prendió el coche, Izuku iba super nervioso y avergonzado con la persona que llevaba al lado, por un lado era su profesor pero además eso ambos se habían visto por completo la noche anterior y conocían la anatomía del otro muy bien, el pecoso no se podía borrar las imágenes de esa noche, con sólo ver la cara de su profesor recordaba todo, su aparte baja empezó a reaccionar ante sus pensamientos por lo que se cubrió disimuladamente con su mochila.

Aizawa por otra parte no están mejor, si bien por fuera parecía estar aburrido e indiferente ante todo, por dentro era una cosa muy distinta, si bien se había prometido alejarse del menor no lo podía olvidar, recordaba todo lo que le hizo a ese pequeño cuerpo la noche anterior, sabía que estaba mal y podía ir preso pero no se podía resistir, sólo con ver a ese pecoso su parte baja reaccionaba, no podía evitarlo, nunca antes le había pasado eso ni es su adolescencia, siempre fue más bien asexual, hasta que conocido a ese peliverde.

Supuestamente Aizawa lo llevaría a su casa, ese era el plan original pero ninguno de los dos sabía cómo habían terminado en un restaurante, ambos comían en silencio, es más sólo habían hablado para pedir sus platos.

-Así que... - empezó a decir Izuku para romper el incómodo silencio- yo lo siento por lo que pasó esa noche - al pronunciar esas palabras su cara se usó roja como un tomate.

-No te preocupes, la culpa es mía- admitió el pelinegro- yo soy el adulto así que debí haber pensado mejor las cosas.

-¡Oh! No es mi culpa, fui yo quien lo sedujo - volvió a decir el pecoso.

-Pero yo pude negarme y no lo hice porque también quería hacerlo contigo.

- Si pero fui yo quien sugirió tener relaciones.

-Pero fue yo el que te llevo a la cama... - el pelinegro se detuvo al darse cuenta de lo que estaban haciendo, lo bueno era que no habían muchas personas.

-Lo siento por esto también- se disculpó Izuku al ver lo que hacían.

-No pasa nada- se limitó a decir Aizawa.

Luego de comer y cambiar un poco la conversación Aizawa llevo a Izuku a su casa como se lo había prometido, Izuku al fin pudo estar tranquilo, el día había sido muy pesado para él, pero por alguna extraña razón el Aizawa seguía atrayendole, decidió dejar de pensar en eso por hoy.


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Al día siguiente el pecoso siguió su rutina en la mañana, no quería ir ese día al colegio pero sabía que tenía que hacerlo, esperó a que su amigo Shoto fuera por él, el bicolor no tardó en llegar a la misma hora de siempre, el camino al colegio fue agradable ya que conversar con Shoto le resultaba muy relajante.

El día estaba llenado bien a Izuku y dentro suyo sentía que ese día conseguiría algo grande, aún no sabía que era pero su intuición le decía le iba a gustar mucho.

-Buenos días Midoriya- dijo Aizawa al pasar junto al pecoso.

-Bue-buenos días Aizawa sensei- saludo el pecoso sonrojandose como siempre.

Al pelinegro le gustaba ver la cara sonrojado del chico y más si el causante era él, pero la realidad lo golpeó recordándole donde estaban y que ese chico al que deseaba era su alumno y además un menor de edad.



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-Que aburrimiento- suspiró Uraraka al lado del pecoso.

Ambos chicos se encontraban en la cafetería pero no estaban solos ya que frente a los dos estaban Iida y Shoto, los tres estaban hablando entre ellos ya que Izuku no los escuchaba, su mente estaba ocupada pensado en un pelinegro ojeroso.

-¿Qué le pasa? - preguntó Iida al notar al pecoso ido.

- No lo sé, ha estado así todo el día- dijo Uraraka.

Los chicos siguieron con lo suyo, la campaña sonó y regresaron al aula, la siguiente clase la tendrían con el profesor de inglés Hizashi Yamada, iban de regreso a su clase cuando un chico los detuvo o mejor dicho a Izuku pidiendo hablar con el pecoso en privado.

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Aizawa iban caminado junto a Hizashi, el rubio iban hablando pero él no le prestaba atención, al estar cerca de su aula vieron una imagen que al pelinegro no le gustó para nada, un chico estab besando a Izuku, Aizawa sentía como su sangre hacía por dentro, se acercó a pasos apresurados.

-¿Qué creen que están haciendo?- dijo alejándolos, ma cara del pecoso estaba tan roja que parecía un tomate.

-Yo... - trato de decir pero las palabras no salían de su boca.

-Esto merece un castigo - dijo el pelinegro- Hizashi encargate de este chico, yo me encargaré de Midoriya - sin esperar que nadie protestar arrastró al menor por lo pasillos hasta su oficina.

El pecoso no sabía que decir o hacer y de tanto estar pensado no se dio cuenta en que momento habían llegado a la oficina del mayor, sólo vi o como su profesor lo metía dentro y cerraba la puerta con seguro.

-Es hora de empezar Midoriya- dijo el pelinegro muy enojado.

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Holi amigos aquí les traigo otro capítulo de esta historia, esperó que les guste el capítulo, sin más que decir me despido.


Eso es todo amigos

Una Relación Peligrosa (Aideku )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora