Al borde del abismo, lugar vacío y oscuro del que no se puede salir, se apreciaba al frente de aquellos ojos sin color. No eran apagados, pero, no existía un color por el cual sentir admiración. Es por eso que siguió observando el vacío con aquella mirada intensa, llena de todo lo que veía y tenía al alcance de su consciencia.
Por lo menos, tenía muy en cuenta el lujo de la propia existencia.No estaría solo, no en ese momento.
En un abrir y cerrar de ojos, algo me abrazaba. No se tratarían de los brazos de una persona, sino el batir de unas preciosas alas color escarlata. Eran de un brillante tono claro, elegante y tan deslumbrante que todo ese vacío se iluminó por un momento.
Eran de una hermosa mariposa, sus ojos eran enormes, pero no tanto como su propio tamaño. Parecería que se tratase de aquella típica mascota fantástica de los cuentos de hadas, aunque no sería así.Me hablaba, o al menos sentía que lo hacía. No necesitaría de palabras para escuchar un hermoso "Bzz bzz" por parte suya, acompañado también de un ligero aleteo, aquel que estaría arropándome para no sentir el frío de ese enorme vacío.
Hasta que, de repente, lo escuché hablar haciéndome una pregunta:
"¿Quién eres?" — dijo con una voz tranquila, aguda pero no demasiado.
Algo dentro mío empezó a bombear. Era mi corazón, con el que gracias a este la sangre recorre tu cuerpo, ¿verdad?
Puede que en algunos casos no sea así. Suena extraño, es como si esa sangre siguiera ahí, pero no fluía.
¿Quizá estuviera contaminada?En cualquier caso, abriría mi boca dejando un pequeño agujero en donde el sonido de mis palabras daría paso:
"¿Yo?" — un tono confuso hubiera sonado sin razón aparente.
Me lo pensé mejor:"Soy todo lo que ves, pero lo que no crees que puedo llegar a ser". — la intriga interrumpió por momentos.
Aquel ser de tan asombrante aspecto, haría un giro leve de su cabeza, adivinando mi manera de hablar en tan solo pocos segundos.
" Mariposas". — dijo el ser frente a mí.
Lo miraría extrañado, pensando que quería decir con eso. Sé que es una mariposa, pero, ¿qué tendría que ver?"Mariposas, eso son lo que necesitas". — alargó esta vez más su frase, dejándome en duda sobre su comentario.
Sus alas batieron de poco en poco alcanzando una mayor velocidad. Un fuerte viento se empezaría a elevar. El cabello daría muchos pequeños volteos y el vestido solo sacudidas, pero no demasiadas.
Al cabo de unos instantes, una bandada de mariposas volaban sobre nosotros. Daban vueltas y piruetas, haciendo el sonido de un tintineo y desprendiendo brillos pequeños de sus diminutas alas.
Ellas se posaron sobre mi piel, las sonreí, nunca me hubiera puesto de esa manera.Y, sin más, sucedió.
Ahora puedo comprender lo que aquella belleza me mencionaba.
Las mariposas, ellas, se estaban metiendo en mi cuerpo. Unas arrancaban mi piel, otras, se posaban sobre el cabello solamente para comérselo. Así pasó, fui devorado poco a poco por las mariposas. Seguían y seguían, pero no pude seguir viéndolas nunca más.
Deje de poder ver nuevamente.Y así, mi vida comenzó.
Nací en un día otoñal, no recuerdo el día ni la hora, sé que habían muchas o hojas y no demasiado frío.
Pude ver a mi madre arruyándome en sus brazos tras abrir mis ojos, ahora estos tenían color, un color nuevamente escarlata.
La escuchaba cantarme de una forma muy relajante y tranquilizadora, así tal y como cualquier madre haría. Ella era realmente hermosa, solo su sonrisa lo decía todo sobre ella, pero quería conocerla un poco más.
Entonces, lo dijo en voz alta de manera decidida:" Scarlett, esa eres tú, mi pequeña " — su sonrisa hizo que una pequeña risita de bebé saliera de mí.
Desde entonces mí vida comenzó a dar frutos. No de una manera tan normal como la de los demás. Soy muy diferente.
Porque yo soy una mariposa.
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" Entre Ciegas Mariposas. "
Novela JuvenilRodeado por un blanquecino rayito de luz, se encontraba alguien. ¿Quién era? ¿Que quería de mí? Y, lo más importante de todo, ¿qué era lo que me hacía no poder ver aún teniendo los ojos tan abiertos? Un ser humano lleno de tanto color llegó a un lu...