u n o

61 14 6
                                    

JUNGKOOK

Después de colgar la llamada, me quedo como un tonto mirando la pantalla negra del teléfono. Estoy tan aturdido que no soy capaz de hilar ni una sola cosa en mi cabeza. Todo me da vueltas.

La conversación que acabo de tener con Seokjin es lo único que parece que se repite una y otra vez en mi mente, como si mi cerebro intentara hacerme entrar en razón para devolverme al mundo real, para que reaccione.

Cuando por fin voy consiguiendo ser consciente de mí mismo y de lo que me rodea, me doy cuenta de que ya no estoy subido a la barandilla. Mis pies vuelven a estar pisando el suelo del puente, completamente alejados del borde.

Vuelvo a mirar al teléfono que sostengo en la mano un momento e intento ordenar toda la información que acabo de escuchar hace unos segundos.

Según Seokjin, nuestro amigo Hoseok se ha desplomado mientras estaba trabajando y sus compañeros han tenido que llamar a una ambulancia ya que ninguno conseguía reanimarle. Luego le han avisado a él para que fuera a acompañarle al hospital porque la ambulancia ya iba de camino y a ellos no les dejaban salir todavía del trabajo. Aunque, no me he enterado muy bien de quién ha sido la persona que ha contactado con Seokjin. Creo que me ha dicho que había sido una compañera de Hoseok, pero no estoy del todo seguro de esa parte. Jin estaba hablando tan rápido a través del teléfono, que yo en ese momento solo era capaz de quedarme con algunas cosas de lo que decía.

De lo que sí me he enterado bien es de lo que me ha mandado que haga. Que es lo único que me interesa ahora mismo. Los detalles me aseguraré de preguntárselos en cuanto llegue al hospital y esté allí con ellos. Jin me ha dicho que ya estaba yendo de camino con todos los demás en el coche de Jimin y no iban a tardar mucho en llegar.

No sé exactamente en qué momento mis piernas han comenzado a moverse por si solas, ni cuando han empezado a aumentar el ritmo para ponerse a correr, pero cuando me doy cuenta ya me estoy atravesando el maldito puente como un loco en dirección a la casa de Jin.

Los pulmones me arden mientras callejeo y trato de esquivar a las personas para no llevármelas por delante. Aumento un poco más la velocidad, lo poco que mis músculos me permiten, al entrar en una calle que se encuentra prácticamente vacía y, agarrando una farola con la mano para no perder el equilibrio y estamparme con el edificio de enfrente, tuerzo hacia la derecha dándome impulso para llegar hasta el barrio de Jin.

Las piernas me tiemblan como gelatina por el esfuerzo de la carrera mientras introduzco el código de la puerta de cristal del edificio. Aun así, cuando entro dentro, no me detengo a coger el ascensor. No voy a perder más tiempo. Así que me cuesta horrores subir las escaleras hasta la planta donde está su apartamento. Me las quito de encima de dos en dos, y en varias ocasiones tengo que ayudarme de la barandilla para tirar de mi propio cuerpo hacia arriba.

Al estar ya delante de la puerta siento que me va a dar algo. Apoyo la frente en la madera oscura, ahogándome con mi propia respiración, y tecleo como puedo los números de la cerradura para abrir la puerta mientras trato de recobrar el aliento.

Nada más sonar el pitido, entro en el piso e intento acordarme de si Jin ha mencionado algo sobre dónde estaban las llaves de su pickup cuando me ha ordenado que la cogiese para llegar antes al hospital. Pero no recuerdo que lo haya hecho.

Echo un vistazo rápido por todo el salón y, al ver que no están a la vista, me pongo a hurgar por todos los cajones. Tras unos segundos, las encuentro en el primer cajón del mueble del televisor.

Salgo a trompicones con las llaves en la mano y ésta vez sí cojo el ascensor para bajar al sótano. Introduzco una de las llaves en la cerradura que hay en el panel junto a los demás botones de plantas y la giro para que me lleve hasta el aparcamiento.

A Reason to Stay » Jungkook; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora