II

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Ese azabache había abierto sus ojos como platos, esa persona de llamativos cabellos naranjas era realmente rápida, pero ella estaba profundamente dormida y el azabache lo sabia por eso se había confiado, para taparla con ese abrigo, pero nunca creyó que él o ella le estaba apuntando a su cuello con una pequeña daga.

—¿Que?... —Tartamudeo el azabache sorprendido

—¿Quien mierda eres?— repitió la chica frunciendo aun mas su ceño y acercando cada vez mas la daga al cuello pálido.

—Soy... Soy Ray —hablo al tragar en seco y sentir miedo en su interior

—¿De donde provienes? — sus ojos verdes no tenían ningún brillo

Él lo sabia perfectamente una respuesta incorrecta podía llegar a la muerte, pero aquella pregunta sin duda no sabia como responderla —No lo se... —murmuro al ver como ella apaciguaba su ceño y una expresión de duda se vio

—¿Como que no... lo sabes? — por ultimo murmuro aquello que tan solo la dejo descolocada al momento, ella vio como negaba con seguridad

Emma tan solo bajo la daga y se levanto de su asiento y comenzó a acercarse a él, mientras que el azabache retrocedía con miedo.

—¿Que-... ¿Que es lo que ocurre?— cuestiono el chico incomodo de sentir a la chica en su cuello sintiendo tan solo la leve respiración de ella 

Mierda... —Susurro separándose de él y yéndose al escritorio y escribiendo algo con rapidez

—Perdona pero ¿Que...

—¡MANTEN LA BOCA CERRADA! —grito en ese momento al detener la escritura y tan solo mirarlo de reojo —Si tan solo supieras de donde vienes seria mas sencillo — se quejó al volver su vista al papel y comenzar a escribir

El azabache solo mantuvo el silencio y miro como la pelirroja terminaba de escribir y solo se levantaba y se dirigía a la puerta entregando el papel a un hombre que tenia una capa y parte de armadura en sus hombros con un símbolo de llama pintados.
La pelirroja cerro la puerta y miro al azabache

—¿Sabes cual es tu nombre completo?

—Soy... Ray, solo Ray...Él apartó su vista mirando hacia adelante

—Bien... Ray, es un placer conocerte soy Emma y espero que sepas que no estas en tus tierras y también que... Ya no estas en tus derechos de decidir por ti mismo, así que tendrás que responder cada una de mis preguntas sin guardar nada que esconder. Si aun así escondes algo lo sabré y puedes ser condenado a prisión o hasta la muerte. —aseguro ella sin alguna pizca de prudencia —llegas a escapar y en verdad te buscare y te traeré arrastrado hasta aquí. — agregó antes de irse por otra puerta y cerrándola.

Ray tan solo sentía su sangre helada, las palabras de aquella chica se sentían seguras y amenazantes.

Sus ojos violetas sintieron curiosidad por aquella chica, de finos cabellos otoñales, pero aun así esos ojos verdes no tenían aquel brillo tan esperable en ver. Ray sintió como la puerta de la habitación se abrió y solo en silencio debió sus ojos viendo a una chica de finas hebras claras, con una ropa de sirviente, teniendo una tabla con comida.

Esa chica en silencio se fue, dejándolo solo, el simple hecho de escuchar su estomago rugir era mucho; tenia hambre.

—Come —la voz de la mujer apareció de la nada Ray la vio encontrándose que ella se había cambiado de ropa algo mas formal, desde sus hombros caían dos telas las cuales llegaban hasta cerca del suelo, parecía una pequeña tela para dormir por sus colores tan colorida.

No todo es lo que parece [RayEmma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora