december

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Las últimas semanas de diciembre me tendrán viendo al sur y al norte tratando de encontrar un lugar al que pertenezca, a uno al que pueda llamar hogar.

Ellos no entienden cuáles son mis necesidades, y para ser sinceros a veces ni yo mismo puedo comprender lo que mi cabeza procesa, no conectamos como todos los demás creen que lo hacemos, encerrados en una habitación, pero cada uno posando su mirada en diferentes paredes no podemos establecer una relación que mis expectativas cubran.

Fuera de casa la gente choca conmigo y puedo imaginar conectando con ellos, pero ¿qué tan probable es que suceda? Ellos saben mi nombre, pero no me conocen en absoluto y no tengo ánimos de darme la oportunidad de conocerlos. ¿De qué sirve intentarlo si el resultado no sería algo orgánico, sino algo forzado por el gusto de que haya unión en nuestra pequeña villa?

Veré a mis amigas, pero no estarán a mi lado siempre que yo quiera, estarán cuando las necesite, pero después no podrán llenar el vacío ellas solas.

Desde que no estás lo normal ya no es normal, pertenezco a muchos lugares ahora, pero no completamente a uno, entonces ¿En realidad pertenezco a alguno? No pertenezco a ningún lugar.

the fall of maple leavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora