Una vez que leí aquel texto en una mesa me quedé paralizado, teniendo en cuenta que aquí han sucedido varias muertes no creo que sea una mentira. Tragué saliva y tan rápido como pude salí de aquella clase oscura cerrando la puerta tras de mí, miré hacia los lados para ver si alguien venía, estaba todo despejado así que suspiré aliviado.
-Creo que tengo que hablar con la chica que conocí... ¿Cómo se llamaba? ¿Lisa? ¿Emma? Bah, da igual-
Dije en voz baja, ella es la que me comentó todo lo ocurrido en este lugar, sabe más que yo evidentemente. Miré la hora en mi teléfono, eran las 23:30, imaginé que ya era algo tarde para contactar con ella así que decidí salir de aquella cárcel llamada instituto lo más rápido posible.
Caminé hacia mi refugio lentamente, observando cada detalle de su alrededor. Antes de que pudiera hacer nada, una persona se chocó frente a él, cuando le miré estaba con la capucha puesta y con sus manos en los bolsillos. Pasó por mi lado sin decir ninguna palabra, por supuesto no me iba a quedar callado
-¿Ni las disculpas darás?- Dije girando un poco mi cuerpo para mirarle, mi expresión era algo seria y tenía fruncido el ceño. Cuando me di cuenta estabamos en un sitio alejado de la multitud, en un puente algo oscuro, nadie pasaba por allí en aquel momento.
Aquella persona rápidamente se puso frente a mi con una navaja en la mano, estaba apuntando a mi estómago. No me dió miedo, desgraciadamente estaba acostumbrado.
-¿Quién te crees que eres?- Diría aquella persona, parecía que forzaba la voz
-¿Qué pasa? ¿Te ofendió que reconociera que no tienes educación?-
Apretó un poco la navaja, pero parecía dudar de sus actos. Pienso que no me hará nada, aunque no puedo bajar la guardia.
-Eres nuevo por aquí por lo que veo, ¿Qué haces a estas horas saliendo de aquella universidad?- Dijo con un tono serio pero a la vez curioso, cuando mencionó en lugar lo miró algo sorprendido
-¿Acaso te importa?- Al ver que estaba algo inseguro con sus actos sujeté la navaja y se la logré quitar rápidamente, le apunté a aquella persona con esta con algo de distancia
-Vaya, que pena, me la quitaste- Dijo sarcásticamente, se escuchó una leve sonrisa proveniente de aquella persona
Decidí guardarme la navaja en mi bolsillo, no se la volvería a dar
Se acercó a mi oreja para susurrar -Mañana, a las 10:00, en este mismo lugar-
No me dió tiempo a reaccionar, cuando me disponía a responderle vi como se marchaba, metí mi mano en el bolsillo y dejé de notar la navaja
-¿Me la ha quitado mientras se acercaba?- Pensé y sonreí levemente -Me da curiosidad todo esto-
