Llevaba una hora esperando a mi novia en este restaurante italiano. El... no sé si es el camarero, el dueño o el cocinero (a día de hoy no sé qué es y eso que he ido bastantes veces), así que simplemente voy a llamarle "el tipo del restaurante". El caso es que el tipo del restaurante ya me había preguntado como diez veces si quería decirle qué iba a pedir y yo, como persona paciente que soy, le mandé a la mierda interiormente y le dije que no iba a pedir nada hasta que mi pareja llegara.
Y ella no aparecía.
Y la gente me miraba con pena.
Y ya estaba cansado.
Pero entonces él apareció.
Parecía un ángel con su sonrisa amable y sus ojos marrones llenos de bondad; su pelo oscuro con el flequillo dividido en el medio y su cara espolvoreada de pecas. Era precioso (y lo sigue siendo actualmente).
- ¡Perdona, llego tarde! ¡Había mucho tráfico!
Habló bien alto para que todo el mundo oyese bien su dulce voz que hizo saltar mi corazón.
- Hola, soy Marco, mucho gusto. No sé quién es la persona que no ha aparecido, pero no sabe lo que se pierde. Espero que no te moleste si me siento contigo aquí.
¿Molestarme? ¿Cómo iba a molestarme que un chico tan guapo salvara mi dignidad? Además era muy amable y una de las primeras cosas que hizo fue adularme. Como para decirle que se fuera.
- No pasa nada, me estás haciendo un favor después de todo. Soy Jean.
No hubo ningún silencio incómodo el resto de la velada, realmente lo disfruté mucho. Hasta que llegó el tema.
- No quiero sonar metiche, pero la verdad es que tengo mucha curiosidad de saber quién te ha dejado plantado. Yo no sería capaz, eres muy majo.
Sabía que al final tendría que contárselo, al menos para compensarle su ayuda. No pude evitar suspirar.
- Llevo dos años saliendo con una chica muy guapa llamada Mikasa. Es muy inteligente e increíble y llevaba unos cuantos años gustándome. Sólo soy capaz de verle un defecto. Tiene una gran obsesión con un chico que se llama Eren. No logro entender por qué. Digo, qué tiene ese idiota que no tenga yo. El caso es que creí que podría cambiar eso y le pedí salir. Milagrosamente aceptó. Estaba muy feliz. Pero me fui dando cuenta de que a pesar de salir conmigo no dejaba de querer estar con Eren. El otro día discutimos por ello y ayer la invité al restaurante para arreglarlo. Pero no creo que le interese arreglarlo ya que, como puedes ver, ni siquiera se ha presentado.
Marco me miró pensando cómo decir lo que pensaba.
- No sé qué tan guapa o increíble sea esa tal Mikasa o qué tan idiota puedas ser el Eren ese...
- Te sorprendería si lo conocieras.
Soltó una suave risita ante el comentario.
- Lo que sé es que la tal Mikasa esa no se da cuenta de que se está perdiendo a alguien increíble. Se está perdiendo a un chico atractivo, inteligente e increíblemente honesto. Si no puede ver eso no te merece.
Sus palabras calentaron mis trocitos de corazón como si tratasen de volverlos a unir.
- Gracias, Marco.
Su sonrisa me hizo plantearme que quizá Mikasa no fuera la persona correcta.
Terminamos de comer tranquilamente y cuando nos íbamos a ir, nos llamó la atención un hombre de la barra.
- ¡Ug, gays! ¡Largaos malditos asquerosos! ¡Estropeáis la noche a la gente!
No sabía si avergonzarme porque creyó que éramos pareja o enfadarme por su falta de respeto. Pero no fue necesario hacer nada, porque el tipo del restaurante se plantó a defendernos.
- Lo primero de todo, señor, en mi restaurante no se permiten estas faltas de respeto, así que le voy a tener que pedir amablemente que se largue y deje de molestar a mis clientes que sólo querían cenar. Lo segundo es que yo soy bisexual y tengo novio así que el indulto también me afecta. Le recomiendo que se largue antes de que él llegue y le de la paliza de su vida.
Creo que no lo he comentado antes, pero el tipo del restaurante es un hombre grande y muy musculoso, demasiado para mi gusto, pero gracias a ello el señor se fue farfullando malhumorado.
- Perdonad por eso chicos. A veces la gente no sabe respetar.
- No pasa nada, ya estoy acostumbrado. Me llega más la defensa que la burla.
Miré sorprendido a Marco. Por lo dicho puedo suponer que es gay y la gente a su alrededor no le ha tratado muy bien por ello.
Cuando salimos ya era de noche y se había formado el silencio. No pude evitar decírselo.
- Mi madre siempre me ha dicho que cuando tienes el corazón roto y encuentras a alguien que te hace volver a sentirlo, es porque esa es la persona indicada para amar , y con ese amor recomponer tu corazón.
Marco me miró sin entender el por qué de esa historia.
- Quiero hacer las cosas bien, ¿me puedes dar un momento?
Me miró curioso mientras sacaba el móvil y enviaba un mensaje un poco, bueno, bastante largo.
- Ahora ya he cortado oficialmente con Mikasa, porque sé que no funciona y fue ella quien me rompió el corazón. Esta noche he vuelto a sentirlo después de dos años.
Parecía que sabía por dónde iba el tema porque se empezó a sonrojar.
- Marco, tus palabras me han calentado el corazón y por ello creo que, si tu quisieras salir conmigo, yo podría volver a amar de forma sana.
- ¿Estás seguro de que quieres intentarlo?
- Sólo si tu quieres también.
Marco me abrazó con fuerza y, sin soltarme, me dio su respuesta.
- Entonces sí quiero.
- Y fue así cómo conseguí este magnífico novio.
- Esposo, Jean, esposo. Ya llevamos dos semanas casados, acostúmbrate.
Le dice Marco pegándole con uno de los cojines del sofá. A pesar de haber pasado siete años, seguían igual de infantiles o peor.
- Y has contado mal la parte de la declaración.
- ¿Eh?
- Mejor lo cuento yo
Tras contarme esa historia y escribir el mensaje, Jean empezó a frotarse las manos con nerviosismo, mirando de un lado a otro.
- Yo... Esto... Quería preguntarte si...
Al darse cuenta de su agitación, paró en seco, tomó aire y volvió a empezar.
- He roto con Mikasa porque quiero salir contigo. ¡Soy bisexual! Por eso me gustan los chicos y las chicas, es decir me gustas tú y me gustaba Mikasa. ¡Pero si a ti no te gustan los chicos no pasa nada! Y no tienes por qué aceptar, a ver, nos conocemos desde hace apenas dos horas.
- Jean.
Le corté antes de que se pusiera a decir más razones por las que no saldría con él. Se quedó muy quieto esperando un "no" por respuesta. Un "no" que nunca llegó.
- Quiero intentarlo.
- ¿Eh?
- Quiero intentarlo. Contigo. Eso. Creo que hay bastantes probabilidades de que funcione.
- ¿De verdad?
- De verdad de la buena.
La felicidad que sentí en él no pudo hacer mas que aprobar mi respuesta.
- Marco, eso nunca pasó.
- Uy que no.
- ¿De verdad?
- Sí. Me acuerdo porque estabas muy adorable todo nervioso y avergonzado.
- ¡Cállate, Marco!
Si escuchas bien, se pueden oír las risas y los gritos por sus pequeñas peleas en bromas por todo el apartamento. Y gracias al plantón de Mikasa y a una cita improvisada, ahora estos chicos son una pareja casada muy feliz que va todos los meses a ese restaurante italiano.
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Cita Improvisada
FanfictionImagínate que estas en un restaurante esperando a tu cita y te deja plantadx. Ahora imagínate que aparece un chico super majo para salvarte de esa situación. Eso mismo le va a pasar a Jean, el protagonista de esta pequeña historia. ¿Quieres saber qu...