Marilyn Wood O....Hera Lestrange?

Quien mierda es el nuevo?

Hera

Me desperté al sentir la luz de día en mi cara, bufe negándome a levantarme, cuando zac entro a mi habitación.

—Arriba- ordeno destapando me.—

—No molestes- murmure tapándome de nuevo, zac volvió a destaparme y me obligo a levantarme, me arrastro al baño y encendió la ducha.—

—Bañate y te espero afuera, tienes 20 minutos- volvió a ordenar, me quite la ropa una vez el estuvo fuera y me metí en la ducha, comencé a lavar mi cabello y luego mi cuerpo, al terminar, salí y me puse el uniforme, salí de mi habitación con mis cosas en mano.—

—Ya- dije mirándolo mal, bajamos a la sala común y ahí estaban los chicos, me acerque a matthew y tom y les di un beso en el cachete a ambos logrando que se sorprendieran- buenos días- murmure mientras caminaba a la salida, fui a la primer clase, entre y me senté en uno de los últimos asientos, luego, alguien llego y se sentó a mi lado- esta ocupado

—En serio? No veo a nadie aquí- dijo burlón, me gire para mirar al idiota que se encargue de molestarme, encontrándome con un par de ojos color zafiro, hermosos, sentí un calor en mis mejillas, me gire rápidamente escondiendo mi cara- muchas gracias- volvió a decir con cierto tono burlón.—

—Solo no me molestes- murmure comenzando a copiar lo que el profesor ponía en el pizarron.—

Y así paso el día, en cada clase, casualmente, el se sentaba a mi lado, debo admitir que era atractivo, pero me resultaba extraño el echo de que me lo encontraba en todos lados

Hasta llegue a pensar que estaba siguiéndome, pero, por favor! Apenas lo conozco

Llego la hora del almuerzo, me dirigí rápidamente al gran comedor, aun sintiendo que alguien me seguía, a mitad de camino, choque con alguien.

—Lo siento- murmure levantándome.—

—Esta bien, fue culpa mía también- dijo ayudándome a recoger mis libros.—

Por alguna extraña razón, me sentí dentro de un libro cliché donde la chica choca con el chio, cruzan miradas mientras ambos juntan sus cosas y PUM se enamoran

Bueno, no es precisamente lo que esta pasando ahora, pero algo parecido, al terminar de juntar todo, solo me levante y me fui evitando todo contacto visual, entre al comedor apresurada mente y me senté en la mesa de slytherin.

—Todo bien?- pregunto tom, negué rápidamente mientras comenzaba a comer- ok....

—Mi día a estado muy extraño, solo eso- murmure mientras comía.—

—Oh por dios, vieron al nuevo? Dicen que es familiar lejano de Gellert Grindelwald- dijo una chica de slytherin.—

—A si, es hermosisimo, sus ojos, son...como....zafiro?- pregunto la chica, la otra asintió varias veces emocionada.—

—Si! Y es tan guapo, es alto, su cabello, dios! Su cabello, creo que podría ser incluso mas guapo de los riddle- dijo la otra chica a medida que bajaba su tono de voz.—

—Es guapo, pero nadie puede superar a los riddle- dijo otra uniendose a la conversación.—

Reí por lo bajo apoyando la opinión de la chica, nadie puede superar a los riddle, son guapos, altos, tienen un cuerpo de morirse, aun no se tom, pero matthew, folla como un maldito dios

Diablos

Hablando de roma, matthew no deja de mirarme logrando que me ponga nerviosa, cuando decido mirarlo, señala la puerta, me levanto de mala gana y salgo, unos segundos después, sale el, se acerco a mi y me estampillo contra la pared sujetando mi cuello con fuerza.

—Quien mierda es el nuevo? Y por que carajos no dejo de seguirte toda la mañana?- pregunto matthew, sus ojos eran oscuros, pude notarlo, estaba muy enojado, su mandíbula se mantenía apretada, al no obtener respuesta de mi parte, apretó mas su agarre.—

—N..no lo se, s..solo a estado siguiéndome t..toda la m..mañana- dije apenas como podía, los ojos de mathew se oscurecieron mas, de un solo movimiento, nos encontrábamos en su habitación, me tiro en la cama, se quito la corbata del uniforme y ato mis manos con ella.—

—Si no quieres responder, te castigare- dijo comenzando a desprender su camisa, se la quito y luego, dirigió sus manos a mi falda, acariciando mis muslos, acerco su mano a el borde de mi ropa interior- preguntare una vez mas, quien mierda es?- pregunto con un tono que realmente daba algo de miedo, no respondí nada, matthew apretó mas la mandíbula e introdujo dos dedos en mi intimidad violentamente haciéndome gemir fuerte.—

Comenzó a mover sus dedos cada vez mas rápido, yo mordía mi labio inferior para no hacer ruido, ya que en ningún momento puso un hechizo silenciador, cuando estuve a punto de venirme, matthew retiro sus dedos y se los llevo a la boca.

—Eres exquisita, lo sabias?- pregunto mirándome, gire mi cabeza evitando su mirada, con su mano derecha, me sostuvo de la mandíbula obligándome a mirarlo- cuando te hablo, mírame- ordeno serio, comenzó a desprender mi camisa- realmente me molesta tener que hacerte estas cosas, pero- se detuvo y me miro- tu me provocas, yo no quiero hacerte daño, pero si no haces caso, tengo que castigarte, entiendes?- asentí algo asustada, continuo desvistiéndome hasta que solo quedaba mi ropa interior, mi sostén termino en algún lugar, y mis bragas ya se encontraban completamente mojadas.—

Joder, como me odio

Matthew me obligo a abrir mis piernas, abriendolas violentamente cuando me negue.

—Mientras mas te niegues, mas dolera- dijo comenzando a quitarse el boxer, tomo un condon de algun lugar y se lo puso, tomo mis caderas y me acerco a el, sin preguntar o avisar, me penetro con fuerza.—

Sus movimientos eran rapidos, en cuestion de minutos, senti como mis paredes se apretaban, matthew gruño mientras a se movia mas rapido, solo bastaron unos pocos segundos para que ambos terminaramos viniendonos

Matthew desato mis manos, creyendo que eso era todo, intente levantarme, pero el me detuvo.

—En cuatro, ahora- ordeno, al ver la forma en la que me miraba, me vi obligada a obedecer, me di la vuelta apoyando mi cuerpo en mis rodillas y mis palmas, senti los frios dedos de matthew recorrer mi espalda lentamente, sus anillos causaron un escalofrio que iba desde mi espalda baja hasta mi cuello- no te hagas, te encanta esto- murmuro, sus dedos se apartaron de mi espalda, cerre mis ojos imaginando lo que haria.—

Como lo esperaba, su mano choco con fuerza contra mi nalga derecha, gemi de dolor apoyando mi cabeza en la almohada.