Los señores Live estaban encantados con la bellísima bebé y con los aires de paternidad que soltaba Renato con cada paso. Era asombroso el parecido que tenían ambos, en la piel y los tonos de sonrojo, pero a su parecer lo que más adoraron de Cherry fueron sus ojos descolorados. De poco en poco, el color se disipaba y se tornaban más oscuros.
Sus hermanas se derritieron al ver a Cherry, estando por primera vez de acuerdo con los señores Live en tanto a los tonos de piel y demás similitudes. Dijeron que tenía ojos grandes como los de Raúl pero que se veían más bonitos. Su madre al parecer sabía muy bien qué hacer con un pequeño bebé, ya que cuando empezó a asustarse de su presencia, la mujer le tocó sus mejillas y su nariz sincronizando un tarareo, al final, Cherry pareció adorar aquello ya que sus mejillas se tornaron carmín y sus ojitos parecieran querer brillar. La única persona con la que no lloró fue con la amable madre de Raúl, quien parecía brillar más que el sol.
Finalmente compartieron algunas pláticas más, todo acerca de la dulce infancia y que debían hacer que se acostumbrara a Raúl, ya que por un momento quiso llevarla en brazos y la niña empezó a gritar. Temporalmente se quedó entre los brazos de la señora Álvarez, mientras Renato se daba un descanso acostando la cabeza encima de los muslos de su esposo, quien hablaba con sus hermanas, ignorando los comentarios de sus padres acerca de asegurarse de acostumbrarse a Cherry. Sus hermanas eran mayores que Raúl, y era él quien recibía anécdotas de cuando era un niño pequeño y lo alegre que se veía, que te hacía temblar, o de aquella vez en que regresó a casa llorando porque se sentó al lado de una niña llamada Raquel, que según las palabras de Raúl, olía muy mal.
Después de la visita, los padres de Raúl se fueron respectivamente, cosa que hizo el ambiente más alegre y colorido. Sus hermanas se fueron luego de unas horas entre charlas y sugerencias en caso de necesitar una niñera. Se ofrecieron, pero Raúl declinó la idea en pensar acerca de sus hermanas como quienes cuidarían de la pequeña, y por ello confiaba en su madre para tal tarea.
Ahora la vivienda estaba en las oscuras de la noche, Renato ya no quería atender ningún asunto del viaje a L.A por la E3, con lo cual simplemente se sentó en el sillón de tres plazas con Raúl encima. Don Gato hacía rato había ido a dormir junto con Cherry, con lo cual no podía intervenir entre las muestras de afecto por celos a que Raúl le deje de acariciar.
Raúl yacía sentado a horcajadas encima de su esposo, quien lo sostenía por sus costados acariciando la piel que descubría al pasar la mano por debajo del suéter de lana. Raúl sostenía la nuca de Renato, manteniéndose en una extraña postura entre querer estar derecho y querer inclinarse. Los suspiros chocaban entre sus bocas, narices y mejillas, respirando con dificultad pero sin estar dispuestos a separarse mucho. Ocasionalmente las caderas contrarias se restregaban contra la pelvis y hacían los movimientos con lentitud y a la vez con desespero. Era una grata sensación sentir la frialdad de las sortijas encima de su piel, una en su espalda baja y otra pasando por su yugular y nuca.
Era un momento único, donde los sabores se combinaban entre el delicioso café matutino y la frescura que ofrecía su pasta dental. Hacía un tiempo que olvidaron la mezcla entre cigarrillos y mentas que solían compartir en sus besos de dos jóvenes, dejando aquel hábito al momento de querer tener un primer integrante a la familia. La llegada de Don Gato había cambiado los hábitos de ambos, ya que no habían sesiones de dulce amor entre las sábanas, ya que en cualquier momento ese pequeño sólo aparecía para detenerlos, o los cigarrillos entre sus horas de carga por nervios o estrés.
Era aun mejor sentirse tan únicos y sanos, naturales y felices. Amaban sus nuevos hábitos por la seguridad de una vida plena y saludable para su pequeña y Don Gato. Adoraban tener aquellos momentos de paz e intranquilidad.
ESTÁS LEYENDO
Skyline (Rebornplay)
FanfictionAuron y Reborn se adentran a conocer la aventura de tener un bebé en la pequeña familia. (Basado en el juego ' Who's Your Daddy', inspirado en la frase del minuto 3.41: "Está verde el puto bebé, what?")