PARTE ÚNICA

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-Así que tu padre piensa aún como un retrograda y ambigua... Si sabes que nada está mal contigo ¿Cierto?

-Ss-i lo lo sé, pero mi papá... el

-Tranquilo Lou, ya lo hemos hablado en sesiones anteriores

-Hoy no quiero hablar

-Entonces ¿Qué quieres hacer Louis?

-Jugar...- Harry sonrió de lado, coqueto y perspicaz -Bien Louis ¿Qué quieres jugar?

-Jenga

-Bien...- Harry junto las manos y se reacomodo en el asiento, llevaba alrededor de diez sesiones con Louis, su padre tenía la absurda idea de “Ser gay es estar enfermo” y por ende lo envío al psicólogo, Harry no quiso darlo de alta ¿Por qué? él era sensato y si lo había, su padre sería capaz de enviarlo a una de esas famosas “terapias de conversión”, así que decidió dejarlo y si, realizaban terapia, pero de aceptación.

Harry había notado que muchas veces Louis llevaba ropa ajustada, o faldas y algunas veces dejaba ver su ropa de encaje e incluso algunas tangas, las primeras veces creyó que eran accidentes al agacharse a tomar cualquier objeto que se le había caído, hasta que lo pillo en la oficina acomodándose la ropa a manera de dejar lo más posible a la vista y en otra ocasión se dio cuenta que llegaba a los baños a cambiarse y ponerse faldas y otras cosas, pero Harry hizo como si no hubiese visto nada.

Louis se levantó del sofá y se guió hasta el armario en donde se encontraban los juegos de mesa que Harry tenía en su oficina, nunca se puso en cuclillas, se agachó dejando que la falda verde oliva que llevaba puesta dejará a la vista, el comienzo de la ropa interior negra de encaje que llegaba.

Harry sintió endurecerse en menos de cinco segundos.

El juego se encontraba en la parte de arriba del armario, Louis lo sabía porque lo habían jugado ya anteriormente, demoró un buen rato, hasta que lo tomó de la parte de arriba.

Puso las piezas en una mesa que Harry acababa de colocar en el centro de los sillones.

Acomodo pieza por pieza y no tardaron en comenzar el juego, ya habían hecho cinco rondas cuando Louis decidió sacar una pieza en dirección a Harry, que estaba en el sofá con las piernas abiertas y los codos recargados en cada una de estas

-Uh- masculló el ojiazul en modo de queja -tendré que ocupar otro ángulo para poder sacar esa pieza

-Adelante- contestó el mayo recorriéndose un poco más al borde del sillón para poder examinar cómo sacaría Louis su pieza

El ojiazul se puso de pie y Harry dio un respingo cuando Louis se puso al frente de él y se agacho un poco, como si fuese a sentarse -Lo siento, puedo mejor desde aquí- Harry se quedó embobado con el trasero redondo y grande de Louis, ya que cada vez bajaba un poco más y cuando menos lo pensó, sintió como sus nalgas rozaban su miembro, sintió una corriente eléctrica correr desde su miembro hasta su columna vertebral.

-Lo siento, es que no encuentro como sacarle de aquí, es muy complicada- dijo el menor haciendo un puchero y al voltearse esbozo una sonrisa de satisfacción

-Tomate tu tiempo Louis

-¿No te molesto?- preguntó el menor con un tono de sumisión

-No- dijo el mayor con la voz rasposa y excitada

De repente se escuchó un estruendo, Louis tumbó la torre de jenga y estas cayeron del lado en donde se encontraba sentado y se abalanzó hacia la mesa, dejando las nalgas envueltas en la fina capa de encaje, simuló estar observando las piezas.

But Dad, I love Him. -OS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora