Dos caminos

Ciudad que no duerme

Veo el vacío, siento como mi cuerpo entero flota alrededor de nada, pero aun siento un peso que evita moverme, solo puedo ver a un vacío infinito, una oscuridad que me rodea, me quedo mirando fijamente en un punto de la nada, esperando ver un rayo de luz, esperando sentir ese cálido calor de la luz y no el frio oscuro de la nada. Pero antes de poder ver ese rayo de luz... Abro mis ojos despertando de un sueño que ya es común de experimentar.

Me siento en la cama, estoy desnuda solo cubierta por una liviana sabana gris, la persona que esta dormida a mi lado, me gustaría decir que es mi novio, pero no lo es, no recuerdo cuál es su nombre, probablemente me lo dijo, pero no es algo que requiera recordar. Veo hacia la ventana del departamento, puedo ver la luz de la ciudad que nunca duerme, no es la luz cálida del día, pero una luz artificial y fría que cubre la ciudad entera.

Miro el reloj y justo como lo pensé, apenas son las cuatro de la madrugada, dos horas después de que llegué a este departamento. Miro al chico a mi lado y no parece que despierte en unas horas. Me levanto de la cama, no puedo prender la luz o lo despertare, por lo que esperare a que me acostumbre a la oscuridad del lugar, lo cual no debería tomar mucho.

Una vez que puedo guiarme por el departamento me dirijo al armario el cual es un cuarto completo, me sorprendería del tamaño y la ropa de marca, pero en el bar donde nos encontramos, el claramente quería demostrar lo bien que esta económicamente, sacando su teléfono cuyo modelo apenas había salido ese día, mostrando las llaves de su carro deportivo y su ropa que gritaba "Mírenme, no solo tengo buen gusto, pero es de marca.".

Pero, ¿por qué buscaba desesperadamente atención?, bueno eso se puede responder, aquí no solo tiene ropa de hombre, pero ropa y accesorios de mujer, pero falta ropa, no veo nada formal en la ropa de la chica, al igual que hay espacios entre sus zapatos. No es que se separaron, mas bien ella no está, y a juzgar por lo que falta, ella esta en un viaje de negocios, eso explica de donde sale el dinero para todo esto. Así que mientras tu novia trabaja lejos, tu en tu aburrimiento y soledad decidiste engañarla... ahora me siento aun menos mal de robarle a este desafortunado idiota.

Aunque, en la lencería de la chica, veo todos menos algo sensual, dejo trajes de baño y vestidos para fiestas, pero la lencería que no hay en sus cajones, me hace pensar que el no es el único que se está divirtiendo por su cuenta.

Bueno a lo que vine, tomo una maleta del armario, donde comprueba mi teoría de que ella está de viaje, aquí hay varios espacios de maletas faltantes. Me pruebo la ropa de la chica en silencio, separo la ropa en dos, lo que me gusta y lo que venderé en tiendas. Me pruebo sus anillos, aretes y collares, todos me gustan, pero no puedo quedarme todos, algunos tendrán que ir a la casa de empeño.

Al terminar mis asuntos en el armario, me acerco al pantalón del bello durmiente, y bingo, su cartera ahora es mía. Casi no tiene billetes, pero pago con tarjeta y se cual es su código, tal vez si hubiera estado mas sobrio, me hubiera resultó difícil ver su pin.

Ahora las llaves de su carro, tengo unas horas para que despierte, y otras mas para que llame a la policía, en lo que buscan su carro, yo ya debería estar fuera del estado. Salgo de su departamento hacia el elevador, llego al estacionamiento y busco mi nuevo carro.

"¿Les gusto nuestras vacaciones niños?"

"¡Si!"

"Nos da gusto"

Una familia al parecer acaba de llegar después de unas vacaciones, no debo levantar sospechas así que mejor me escondo. Miro detenidamente a la familia, esperando que entren al edificio, mi corazón mas que acelerado por el miedo de ser vista, se siente como si fuera estrujado por una delicada mano, quiero dejar de mirar a la familia desde la oscuridad, pero no puedo, ellos entran al edificio alumbrado, desaparecen de mi vista, y aun no puedo dejar de verlos.

Me quedomirando esa puerta unos segundos, hasta que salgo del desierto de mis pensamientos. Entro a mi carro nuevo, conecto mi celular al estéreo, pongo The Chain de MacFleetwood y empiezo mi escape de esta iluminada y fría ciudad.