Sweet Boy ୨୧ jaywon

꒰ 𝖳𝗋𝖾𝗌 ꒱

Jay estaba enojado.

Había sido obligado por su profesora a llevarle los apuntes de las materias que Jungwon se perdió. Su compañero de clases es bastante aplicado, por lo que la profesora no quería que Jungwon bajara su promedio.

Ella había preguntado por alguien que se ofreciera para enviarle los apuntes a Jungwon y cómo Jay era el único con el que Jungwon mantenía una verdadera comunicación, le pidió a Jay que los llevara.

hora, Jay se encontraba ffnte a la casa de Jungwon, con la maleta en manos.

Se maldice a sí mismo por no avisarle a su novia, pero sabe que no va a estar por mucho tiempo en casa de Jungwon, sólo le entregará los cuadernos y saldrá de allí. No quiere que Jungwon esté pegado a él, como un chicle.

Sus dedos se dirigen a la puerta de la casa y la golpea tres veces.

Sabe que puede irse de allí, sin darle los apuntes a Jungwon, pero no es lo suficientemente capaz para hacerlo. No es tan malicioso como para hacerle a Jungwon algo como eso.

Tras unos minutos de silencio, se abre la puerta de la casa y lo único que se asoma son un par de ojos castaños.

─ ¿Qué quieres? ─ Pregunta una voz al otro lado de la puerta y Jay deduce que el dueño de aquella voz es Jungwon. Sonríe nerviosamente sin saber porque se siente de esta manera.

─ U-Uhm. ─ Carraspea. ─ La Profesora Choi me pidió que te llevara los apuntes de hoy y pues aquí los traigo.

─ No los quiero.

─ ¿Qué? ─ Jay no entendía porque Jungwon decía aquello, estaba enojado. — Vine caminando desde la escuela hasta aquí para llevarte unos jodidos cuadernos y tú no eres capaz de aceptarlos.

─ Gracias Jay, pero no los quiero. Lamento que tengas que venir hasta aquí por nada pero n-no los quiero. Estoy muy cansado como para hacer algo. ─ Susurra Jungwon y Jay suspira.

─ ¿Y por qué estás cansado? ─ Pregunta dando unos pasos hacia adelante, acercándose a la puerta. ─ ¿Faltaste un día a la escuela y estás cansado, eh?

─ Sí.

─ Pues puedes entregar los cuadernos cuando tengas tiempo. No tienes que copiar en este momento. ─ Jay sólo quería salir de allí y encontrarse con su novia.

Después de unos segundos de silencio, Jungwon suelta. ─ Está bien, déjalos en el suelo, yo los recojo. ─ Jungwon se sentía ridículo, pero por nada del mundo dejaría que vieran su pijama.

─ No. Puedo entregarlos con las manos. ─ Jay quería saber porque Jungwon no quería tomar sus cuadernos como una persona normal. A decir verdad era curioso.

─ N-No quiero. ─ La fiebre había empeorado para Jungwon, su cabeza estaba doliendo de nuevo.

─ O-Oye, ¿Estás bien? ─ Preguntó Jay y Jungwon suspiró.

─ No. Ahora deja los cuadernos en el suelo. Adiós.

─ ¿Ocultas algo? ─ No sabe por qué pregunta aquello. Jungwon suspira y abre la puerta por completo.

─ Esto. No quería que me vieras con esta pijama. Ahora puedes burlarte de mí. ─ Jay esbozó una sonrisa al ver la pijama, no se va a reír de esto. Jungwon se ve adorable ante sus ojos.

─ Eres precioso. ─ Susurró para sí mismo, sin ser consciente de la mirada de Jungwon que había escuchado lo que había dicho Jay.

Jungwon frunce el ceño, sintiéndose mal consigo mismo. Él no se siente precioso.

─ ¿Y bien?, Ya tomé los libros. Puedes irte. ─ Jay frunce el ceño por la manera en la que Jungwon lo trata. Mira el rostro del chico con la pijama de ovejitas y este está demasiado sonrojado, cree que es por su presencia y está a punto de irse por eso, pero algo lo detiene.

─ ¿Estás enfermo? ─ Pregunta y Jungwon asiente haciendo un puchero. ─ ¿Puedo entrar?

─ ¿Para qué?

─ Para ayudarte. No te ves bien. ─ Jungwon asiente dudoso, podría pedirle a Jay que le haga una sopa o algo parecido. Podría aprovecharse del tema.

─ Está bien, entra. ─ Jungwon da la vuelta y Jay le sigue, cerrando la puerta detrás suyo.

─ Gracias.

Después de aquello, no hubo nada más que silencio. Jungwon estuvo recostado sobre el sofá viendo como Jay le hacía una sopa de pollo.

Jay no se sentía cómodo cocinando en un lugar que no era su hogar, pero por alguna extraña razón, sentía que debía ayudar a Jungwon. El chico había resultado con una temperatura bastante elevada y con un resfriado. Jay no podía creer que existía una persona más tierna que Yang Jungwon.

Y por un momento, se olvidó de su novia.

Ambos bebieron la sopa de pollo y Jungwon admiraba la manera en la que Jay cocinaba.

─ No me iba a burlar por esa pijama. Te ves adorable con ella. ─ Dijo Jay mirándolo de frente y Jungwon se sonrojó.

Antes de poder responder ante lo dicho por Jay, fue interrumpido por el celular de este. Pudo ver como Jay sonreía a la pantalla al ver el nombre del contacto y cerró los ojos. Jay elevó el rostro y miró a Jungwon haciendo una sonrisa avergonzado.

─ Está bien, Jay. Gracias por la sopa, puedes irte. ─ Jungwon suspiró y Jay asintió dudoso. Salió de la casa de Jungwon y contestó la llamada de su novia.

Ese día, Jungwon había decidido dejar de lado los sentimientos por Jay, ya que alguien más era el dueño del corazón de Jongseong.

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