Capítulo 4.

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Michelle.

Cinco días antes
del fatídico rechazo. 

¿Tienen idea de lo terrorífica que se ve mi mamá ahora?

¿Ya escucharon "Dog days are over"?, la parte donde dice que corras si quieres sobrevivir, bueno, les juro que esa parte se reproduce en mi cabeza una y otra vez y la pequeña ardilla de mi cabeza grita "corre, corre".

Mi madre es una mujer alta, pelinegra, ojos negros y mirada intensa, solo con eso es aterradora pero ahora mirándome fijamente con la seño fruncido, brazos cruzados y celular en mano gritan peligro por todos lados. 

—Fernando, entra — ordena, ¡ayuda!, NI SIQUIERA ME LLAMO FERNANDO.

Estaba rezandole a todos los Dioses y al parecer uno quiere darme unos minutos más de vida, mi padre esta llamándome. 

—Papá, no sé que le pasa a Jina. 

—Hola hijo, yo también te extraño, no morí en el vuelo, regreso el fin de semana—responde sarcásticamente mi papá. 

—Sisisi, ya sé que esta vivo si no no me hubieras llamado, regresando al tema, Jina esta esperandome en la entrada  —me quejo dando pataditas al aire. 

—¿Por qué le dices Jina a tu mamá?, sabes que ella odia que hagas eso. 

—Si me va a matar ya perdió el título de mamá. 

—Eres todo un caso. 

—Papá, depositeme semanal, voy a huir de casa —no es mala idea, puedo vivir en el patio de Ethan junto a su perro.

—No, entra a casa y afronta las consecuencias de lo que hiciste —trata de regañarme pero no le sale, mi papá es el tímido de este matrimonio y mi mamá la que le grita hasta a el cielo si le moja el cabello. 

—Es que creo que no hice nada —bueno, si hice pero nada taaan malo. 

—Hoy iba a comer con sus amigas, muchas de ellas te conocen ¿hiciste algo o dicen algo de tí en la escuela?

—Ah, es eso, es que soy gay, bueno, te hablo mañana, adiós papá. 

¿Acabo de salir del clóset?, no sé, pero le colgué apenas dijo "¿qué?"

Una llamada tras otra empieza a entrar en mi teléfono, es mi papá, lo pongo en silencio y escondo en el bolsillo, primero mi mamá y después mi papá, si puedo con mi mamá será pan comido mi papá. 

Camino apretando las nalgas hacía la entrada donde sigue Jina en la misma posición, estaba por saludarla de lejitos hasta que noté el hematoma en su mejilla, pase de estar a un metro de distancia a diez centímetros analizando su rostro por si tiene otras heridas. 

—¿Qué le pasó?¿Quién fue? ¿Alguien entró?¿Duele mucho?—esperaba que me dijera algo pero solo sonrió y me abrazo, esperaba todo menos esto. 

—Cielo, ¿estás bien? —pregunta y ahora es ella la que inspecciona mi rostro. 

—Estoy bien, pero ¿qué le pasó?

Me contó lo que pasó; Jina tenía un almuerzo con sus amigas, todo era como siempre hasta que me volví el tema de conversación, "Jina, ¿tu hijo es de esos?" preguntó una señora, ella no sabía si debía de negarlo así que dijo que no era su problema, otras personas comenzaron a hacer más comentarios sobre eso, no quería discutir así que estaba por irse pero algo la detuvo "es una lastima que ese chico tan sexy sea un maricon, una noche conmigo y se lo quito" fue lo que dijo la mujer, cuando escuchó que el resto se reía y decían que ellas tambien lo harían no pudo controlarse, tomó del cabello a la señora y la abofeteó frente a todas, lógicamente la mujer se defendió y alcanzó a darle un golpe, pero mamá dice que la señora quedó peor, esa es mi mami. 

Seamos un cliché || Boys Love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora