Capítulo 17.

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El almuerzo.

Ian.

He besado a muchas personas en toda mi vida, chicos bajos, altos, gordos, delgados, medianos, guapos, feos o de apariencia normal. He sido el primer beso de muchos o uno más de cientos pero a pesar de todo eso jamás había disfrutado un beso como lo estoy haciendo. Sus labios son cálidos y tan suaves, los mueve tan tranquilamente como si supiera que solo su solo sabor es suficiente para complacerme y este maldito idiota tiene la razón, es tan increíble. 

—¿Me detengo? —pregunta tan bajo que es casi imperceptible. Quiero decirle que no lo haga, que hagamos lo que sigue al beso por que lo deseo como no tiene una puta idea pero en lugar de eso lo acabo de patear tan fuerte que cae de culo al suelo. 

—Supongo que sí —se responde a sí mismo riendo mientras pasa una mano sobre su cabello desarreglandolo a la totalidad dándole un aspecto tan atrayente que es irritante. 

Inevitablemente comienzo a reírme, ¿Por qué le di una patada? ¿Tan nervioso estaba?, fue una fuerte caída, justo cuando iba a preguntarle si estaba bien un llanto silencioso se adueña de la habitación. 

Tal vez le rompí el culo. 

—Oye, ¿estás bien? —pregunto ansioso, ¿Cómo le explico a mi mamá que le rompí el culo a mi "novio"? ¿Qué le voy a decir a su mamá?, ya me endeude. 

Trato de levantarlo pero de golpe siento como unos brazos se aferran a mis piernas, pinche pendejo.

—Ven al almuerzo con mi familia o grito. 

(…) 

—Mi niña por fin será la oficial —dice mamá animada mientras entra y sale de la habitación con diferentes camisetas. 

—Nuestro niño —la corrige papá sonriendo.

Pedí permiso y cuando dije que era en la casa de Nick en un almuerzo familiar pego el grito al cielo, me obligó a bañarme y a cortarme el cabello, no estoy listo para esto. 

—Ya eligí mi ropa —me quejó devolviendo todas las camisas que puso en mi cama. 

—No, esta horrible y manchada toda tu ropa, usa una de tu papá aunque sea por favor —miro a mi papá tratando de encontrar aliento pero él solo asiente en silencio, ¿tan mala es mi ropa? 

—Bien, ¿cuál? —cedo por primera vez en años, maldito Nick más le vale que este buena la comida. 

—Ven aquí —dice mamá tomandome de la mano y arrastrandome a su ropero. 

(…) 

Al final me decidí por unos pantalones negros, mis confiables Converse y un suéter rojo de lana, mamá dijo que el rojo me quedaría bien por que mis ojos son verdes y mi cabello negro pero la verdad creo que llamo mucho la atención, ya dos señoras me saludaron y normalmente huyen de mí. 

Mis lentes están tan limpios que el mundo se ve más brillante de lo habitual, tal vez debería de limpiarlos más seguido. 

—Es aquí —dice papá señalando la casa de color blanco a un lado de nosotros. Definitivamente no es lo que me esperaba, es moderna y con un diseño bastante agradable pero creí que el viviría más en una tremenda mansión o algo así, bueno, su casa es lo doble que la mía —. Hijo, has que ese tipo se enamore de tí para que te saque a vivir —suena tan serio que ni siquiera parece una broma. 

—Mal chiste. 

—No es un chiste, lo digo enserio. 

Sin decirme adiós arranca el auto dejando la escena, ¿ni siquiera quiere verme entrar?, es una residencia privada así que es más segura que mi pinche casa pero aún así no debe de creer tan ciegamente. 

Seamos un cliché || Boys Love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora