Un sueño tan real

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Después de un largo día, llegué a mi casa, cerré la puerta, me puse la pijama y tomé una siesta, procuré que durara poco porque tenía unos pendientes que hacer en casa, me desperté por un ruido muy fuerte, me asusté y me preocupé, eran las 3 am

-No! Por qué? Me quedé dormida!- salí corriendo de mi casa junto con la compañera con la que vivo (Fernanda).

Nos frenamos justo en la entrada de la casa, había mucha gente corriendo y gritando por todos lados:

-Zombies! Ya llegaron por nosotros!- en la televisión habían salido reportajes y demás de un virus japonés que había sido creado para matar gente "los japoneses están locos!" pensé.

-Para qué crear un virus para matar gente?-dije

-Tal vez quieren dominar el mundo con sus ojos rasgados- bromeó mientras rasgaba sus párpados con los dedos índices

-No seas tonta!-le dije mientras reía-No creo que sirva, mucho menos que sea cierto!-pero qué equivocada estaba

Cuando mi padre murió, una parte de su herencia eran armas, grandes, pequeñas, etc. Obviamente, eso me lo dejó a mí! Fernanda y yo regresamos a la casa por las armas...

-Equípate!-le grité a Fernanda con desesperación

-En eso estoy!-gritó a lo lejos

Subimos al balcón de nuestra casa y ella vigilaba en lo que yo me ponía ropa limpia y viceversa. Bajamos del balcón corriendo e inmediatamente tomamos toda la comida que pudimos para sobrevivir. Tuvimos que irnos al bosque para que no nos encotraran. Dormíamos y escuché un gruñido muy cerca

-Qué extraño...-abrí los ojos y me encontré con un zombie en frente de mí, comence a tratar de matarlo, pero fue inútil, le grité a Fernanda pero al parecer no estaba, seguí peleando con el zombie y de repente Fernanda apareció junto a él, lo quitó y empezó a luchar con él, lo golpeaba con todas sus fuerzas, me levanté a ayudarla, le pegué pero la había mordido en el cuello, me agaché a verla y un segundo después..

-Aaahh! Mierda!-me había mordido, vaya zombie tan inteligente...

Me desperté empapada en sudor frío, sobresaltada, con la respiración agitada y el corazón palpitándome a mil por hora, miré mi brazo que dolía, estaba...bañado en sangre...

                                                                                     Fin

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