Camila Pov
- ¡Esto no debe ser cierto! - camine hacia el - ¡esto no está pasando! - el agachó su cabeza - ¡golpeeme!
- ¿Que?
- ¡Quiero que me golpeé! - el negó con rapidez
- Debe tranquilizarse
- ¿Tranquilizarme? - reí sin ganas - ¡como diablos quiere que me tranquilice si estoy mirando a una persona que quiero tanto sin vida!
- Créame que para mí tampoco fue fácil, aunque no lo crea jamás había pasado por algo así - sus ojos derramaron lágrimas
- ¿Por qué lo permitió?
- Por qué ella dijo que había llegado la hora de partir, que alguien la estaba esperando con ansias en algún lugar del cielo - mordió sus labios - ella era mayor de edad y yo no podía hacer nada, solo hacer lo que ella pidió
- ¡Pudo habernos dicho! ¡no lo hubiéramos permitido!
- Por esa misma razón ella me hizo prometer muchas cosas y como doctor yo no pude negarme, sus súplicas hicieron que yo callara todo
No dije más y camine hasta quedar cerca de la camilla, me desplome al instante que estuve enfrente de ella
Lauren Pov
¿Que estoy haciendo aquí?
¿En qué momento llegué hasta la playa?
¡Que mierda estaba pasando!
Empecé a caminar con la esperanza de encontrarme con alguien más por aquí, pero pareciera que la playa lo habían hecho solo para mí, absolutamente nadie se veía por aquí ni tan solo un pájaro, el agua llegó mojando mis pies y entonces fui allí que me di cuenta que no tenía zapatos
¡Que alguien me explique qué está pasando!
¿Donde estoy?
A lo lejos vi a alguien vestida de blanco, era una chica quién jugaba con algo en sus manos, camine con rapidez para hablar con ella y así saber en dónde estaba
Mientras más me acercaba me daba cuánta que la chica parecía estar muy concentrada en el juego, estaba de espaldas y yo ya estaba a unos diez pasos hacia ella
La sonrisa que pegó me hizo quedar helada y con la mano estirada al ver estado apunto de tocarla el hombro, yo conocía esa risa
- ¿Verónica?
- ¡Santa madre mía! - se volteó y yo sonreí al verla
- Que haces aquí y por que estás vestida así y por qué estás sola aquí y por qué estoy aquí y por.....
- ¡Cállate que me desesperas! - reí - Diosito perdóname por gritar - seguí riendo
- ¿Que estás haciendo aquí verónica?
- ¿Que crees? Esperándote
- ¿Esperándome? - asintió con el cubo de colores en sus manos
- ¿Me veo sexy? - dió una vuelta y asentí
- Si, pero será mejor irnos a casa por qué ya está anocheciendo - ella negó
- No puedo volver - reí y jalé de su mano
- Déjate de bromas verónica y volvamos a casa, tengo mucho frío - ella me abrazó